Por Luís Litardo
La verdad, La veracidad y La certeza
Otros conceptos que con normalidad se mezclan, son estos tres que hemos propuesto para nuestro análisis.
La verdad
Este concepto, aunque es muy usado por las personas, casi siempre se lo confunde con la veracidad y la certeza, a punto de pensar que lo verdadero es cierto o viceversa
La verdad entonces, es aquello que nuestros sentidos perciben como una realidad, es decir que aquí cabe la verdad individual, por eso es que la verdad se subdivide en varias partes, pero aquí sólo vamos a tocar dos tipos de verdad, la subjetiva y la objetiva.
Verdad subjetiva.- Es la verdad que radica el sujeto que la expresa y podría ser una verdad, solo de esta persona de allí el nombre de subjetiva, porque solo la percibe la persona que la manifiesta, aunque para todos los demás esto no sea verdad, como por ejemplo el sentir frio, mientras los otros tienen calor. Este elemento podría estar solo en la persona debido a un estado de salud deteriorado sin que la persona que lo posee lo haya advertido.
La verdad es la adecuación de la mente a la cosa y esta cosa podría estar solo en el intelecto de alguien y no de todos.
Verdad objetiva.- Es la misma realidad de la cosa adecuada a la mente de un colectivo, eso significa que un elemento es percibido por los sentidos de muchos, como por ejemplo un fenómeno natural.
Existen ocasiones en que la verdad subjetiva se convierte en objetiva y viceversa, si esa verdad es tan fuerte que todos comienzan a percibir la misma realidad esto es en el primer caso o en el segundo caso si ya no perciben la misma realidad, como sería el caso de las famosas casas “embrujadas” o “poseídas”, en donde la realidad aunque sea fuerte no todos las pueden percibir aunque todos los presentes hayan creído en un principio o hayan dudado.
En todo caso la verdad es la adecuación de la mente a un objeto, por cuya razón es que las cosas tienen nombres y todo los conocemos por ese nombre, como es el caso de un automóvil realidad que no escapa a nadie como realidad objetiva o como la temperatura, el hambre o el sueño, realidades que no todos estamos en la capacidad natural de percibirlas al mismo tiempo
La veracidad
La veracidad es el hábito de decir y actuar la verdad, se trata de una capacidad de la voluntad en las potencias intelectiva que nos mueve a decir y obrar la verdad.
La realidad de la veracidad existe en quien dice la verdad o practica actos verdaderos, por eso es que en ocasiones se confunde la verdad con la veracidad; y, mientras la verdad existe antes que el sujeto que la conocerá, la veracidad vive presente en cada acto de verdad, por eso es que estas dos realidades son inseparables pero no son la misma cosa.
Ser veras, es andar con la verdad siempre y esto supone la virtud de la prudencia que consiste en mantener un equilibrio en lo que hacemos, por eso definimos la prudencia como el recto obrar o como la rectitud en nuestros actos. Ahí está el detalle.
Muchas personas se dicen muy sinceras cuando dicen la verdad, pero no advierten en qué momento y por decir la verdad cometen injusticia, ya que esa verdad podría sostener un alto grado de imprudencia, por el hecho de decir las cosas sin mirar el bien o el mal que podrían causar, cuando se trasmite la información.
Por eso es que la veracidad está muy ligada a la virtud de la prudencia, que es el recto obrar, es decir, que por mucha verdad que se diga, si se la hace por descargar enojos o por ofender, esta persona en el momento deja de ser veraz y se convierte en injusta o lo que se llamaría también tirano o un déspota.
De esta manera es como la prudencia regula la verdad a tal punto que la virtud de la veracidad actúe en su recto cauce produciendo el bien y evitando el mal, ya que la sinceridad, no radica en decir lo que se sabe, sino en saber trasmitir a las personas indicadas los sucesos que sólo ellos deben de conocer, como el confesor y el penitente, el psicólogo y el paciente, el abogado y el cliente, etc.
La Certeza
Otro concepto que suele llevar a equivocaciones en la terminología es la certeza, que consiste en tener plena seguridad en que algo es así.
La certeza se asemeja mucho a la verdad, solo que, su estado suele no ser permanente, mientras que la verdad es absoluta, aunque con mucho respeto para los que sostienen la relatividad de la verdad, debido a una mezcla con la certeza que es la que caería en la categoría de verdad relativa.
Mientras que la verdad es la constatación firme de la realidad con la inteligencia (el sol sale y se oculta) la certeza se basa en investigaciones profundas y fundamentadas, pero con un estrecho o gran margen de error, debido a que al pasar de los tiempos eso que se consideraba verdad podría ya no serlo (Teoría de la relatividad de Albert Einstein).
En ocasiones se dice que como es “cierto” entonces es “verdad” o viceversa; y, lo correcto es que la verdad siempre será verdad y la certeza siempre será certeza, no puede lo uno ser lo otro, de esta manera es como se asemejan y se diferencian la una de la otra.
Estos tres términos suelen ser muy complementarios, ya que para afirmar una verdad se tiene que acudir a los procesos lógicos que nos dan las aproximaciones (certeza) usando la veracidad como guía para alcanzar lo que se propone en la investigación.
Las confusiones suelen ocurrir en el momento de conceptualizar las cosas, a quienes se las define de tal modo que, con palabras se pueda expresar la realidad de estas y su utilidad en la praxis, por eso es necesario a la hora de sostener un debate, saber con absoluta certeza si lo que digo es verdad (adecuación de la inteligencia al objeto); si es veraz (dichos o hechos provenientes de fuentes confiables); o si es certero (demostración científica más creíble).
La solución al conflicto está en saber identificar cada una de estas, de tal manera que nunca se tenga como verdad propia algo que podría ser una verdad para otros, ni nunca se diga que es verdad lo que nuestro argumento demuestre que solo es cierto.
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