Por: Luis Litardo
Me es grato escribir para ustedes
una cuantas letras esperando no obstaculizar su libertad, palabra o concepto
tan amado y desconocido, tan elevado y vituperado tan dicho de un modo para significar
lo contrario.
Pero desde hace mucho que tengo
ganas ya no de marcharme del país, sino de permanecer en él, me embarga una ilusión, como quien ve
realizada su aspiración, es que, a decir verdad ahora ya tenemos Presidente y
con todo el respeto a vuestras libertades, que aunque las quejas por la ley de
comunicación empezaron, muchos hubiéramos querido que dicha ley siempre
existiera, porque la libertad de expresión no tiene nada que ver con la irresponsabilidad
de decir lo que nos da la gana, ni de hablar para recibir por un salario, la
libertad es un derecho que lleva consigo una responsabilidad ulterior.
Muchos se quejan que no hay
libertad de expresión porque ya no tienen libertad para ofender o meterse en la
vida de los demás, o porque sencillamente el trabajo “periodístico” que hacían,
estaba sujeto a unas restricciones políticas o de grupos de poder y como la chamba
se acabó entonces no hay libertad de expresión.
Yo nací con las dictaduras, en
tiempos de Rodríguez Lara, en mi uso de razón viví el retorno a la democracia,
que ha decir verdad, sigo pensando que una sola persona gobierna mejor que
tantas, aunque se siga diciendo que más cabezas piensan mejor. Cuando se
apuntan al bien de seguro se aprovecha, pero si los gobierna el mal la tiranía
es la que nos asecha.
No quiero ser muy cansón con esto
de la libertada de expresión, menos del tema de la Constitución, que disque
apunta a la reelección, si antes se pasaban el mando de pariente cercano a
lejano, ahora que lo lleve uno solo y así se termina el royo del poder de mano
en mano en compinches con los gringos, como lo dijo el presi, jóvenes prohibido
olvidar, que desde el retorno a la democracia, los políticos se aparentaron y
la mujer de un fulano resultaba ser la sobrina
del hortelano, que después de pelear un rato, compraban whisky y se
apretaban la mano.
Acuérdense del viejo Asad y el
difunto Roldós, la pugna de aquellos dos y así siguió la generación de estos
emparentados, por eso prefiero que mande uno y no la mitad de la nación. Que disque
la democracia se ha convertido en dictadura, eso es pura picadura, porque se
les acabó la teta, y como esto no es ficción, ni una noche de retreta, mejor vayan
acolitando al desarrollo de la nación.
Con estas cuatro cositas, quiero
dejar bien en claro que mi querido Ecuador nunca estuvo en mejores manos, yo
mismo para refrendar un titulo que me vino del exterior, casi pierdo media mano
y hasta casi el corazón, de la desesperanza continua sin encontrar la solución,
hasta que en este periodo lo que me costó media década, lo hice en una tarde y
esperé veinte días y con títulos refrendados se me abrieron las puertas.
Antes la palanca podía ya
recuerdan lo de la aduana, o es que acaso se les olvida que casi exportan la
nación, en los buques de las transnacionales, allí donde se metían compatriotas
para emigrar hacia el norte, con eso de que aquí andaba al trote, prefería ir
en buque con raspadura y limón hasta la Norte Nación.
Ahora ya no quiero marcharme de
la capital de Sudamérica y aunque a los desinformados les pegue esa es la
realidad que ostentamos, Quito no solo mitad del mundo, ni capital de los
ecuatorianos, ahora es la capital de Sudamérica
orgullo de los Ecuatorianos.
Y haber si la revolución llega a
toda la nación antes que la H1, porque se escucha a cada paso que gobernar
quiere Pegaso, para disque quitar del paso el concepto de revolución, los
candidatos a Alcalde se sortean a suerte de quien puede más, no ha podido ni
con una y quieren un periodo más.