lunes, 11 de diciembre de 2017

SOBRE LA DUDA Y LA CERTEZA EN LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA

Publicar mis dudas sobre la inocencia de alguien es acumular linchamiento, además de dejar en entre dicho la posibilidad de que la persona que se expone de esta manera sea interrogada por presunción de ocultamiento de pruebas de interés nacional.

Si se cree en algo es porque se tiene razón para creer y la razón se fundamenta en la cosa percibida por los sentidos.

Cuando los hechos no son tangibles aún siendo perceptible a los sentidos no tienen asidero legal.

En un estado de derecho y en un mudo racional, dudar sin pruebas no sólo es ilegal sino también es inmortal, la razón es la siguiente: la duda es la detención del juicio, mientras que la certeza es la afirmación de algo, La certeza lleva consigo un cúmulo de evidencias.
Entonces, se cree por la certeza.

En derecho, tener certeza de un delito y no denunciarlo te convierte en encubridor o en cómplice según sean las circunstancias.

Lo saludable a todos es no actuar por dudas sino por certeza, La especulación sobre la no inocencia de alguien lleva consigo la certeza. No es legal ni moral presumir la conducta delictiva, se presume la inocencia no la culpabilidad. 

Aquí no se trata de meter las manos al fuego por alguien, se trata ante todo de no hacer juicios precipitados, en derecho la prueba es tangibles el resto es ente de razón, los estés de razón sólo existen en la imaginación de quien lo posee, La imaginación no es pensamiento, por lo tanto nuestra imaginación no debe ser considerada como hecho creíble.

domingo, 12 de noviembre de 2017

La persona.

Las grandes personas no son meros entes se razón, son seres humanos de carne y hueso, con virtudes y defectos diría en mi experiencia con muchos defectos y una escasa gran virtud que es la que les ha hecho grandes y fuertes personajes. La idea no es la persona, porque la idea está en el intelecto de cada sujeto que ha realizado la observacion. Las personas son actos y potencias,  son un móvil en movimiento constante . Bienvenidos a la realidad, pasen, disfruten y vivan su capacidad de asombro ante la condición humana.

jueves, 13 de abril de 2017

EL AMOR NO EXCLUYE EL ERROR


Por: Luis Litardo
Al abordar este tema es necesario reconocer que cuando se habla del amor, siempre viene a nuestra imaginación, una imagen de perfección, de belleza, de confort y éxtasis existencial.

La imagen negativa del mismo, es todo lo que ha logrado producir en nosotros una imagen contraria a lo antes planteado. Dicho de esta manera, la ilusión primera no estuvo o fue efímera; y, el impacto pudo haber sido muy doloroso.

La tentación de pensar en el amor como sinónimo de perfección no está alejada del recto anhelo de los seres humanos, ya que, por  inclinación natural, todos los seres humanos tendemos al bien como a nuestro fin y perseguimos  nuestros objetivos como ese bien tan anhelado.

El impulso de la voluntad nos lleva a amar, realidad que socialmente se la vincula o se la separa de los sentimientos, el cariño o el querer, en la consideración o no de la faceta instintiva del ser humano, (sentir racional - vs - sentir animal).

Que se entiende entonces por amor sino el movimiento de la voluntad hacia el bien, y el amor a una persona o a un grupo de personas determinado, mueve la capacidad volitiva del ser a buscar el bien de la persona o las personas amadas. Entiéndase el bien como aquello que proporcionará al sujeto dicha y felicidad. 

Este tema es aplicable a cada una de las facetas de la vida, tanto en lo personal (amor a uno mismo) en la esfera de la familia (jerarquía de valores) y a la esfera social (laboral o de compromiso y justicia social). En estas etapas siempre que una persona actúa, podría cometer muchos errores, (error de buena fe) faceta de la vida en que ningún mortal queda excluido.

Cuando las personas de buena voluntad actúan por el impulso de la bondad, el acto casi de inmediato podría ser abordado por el error; la prisa y la euforia del momento podría hacer que un acto en sí mismo bueno sea imperfecto en la forma o en el resultado que se quería obtener. De allí se coligue que más allá de ver el fin de la obra hay que primero examinar minuciosamente el fin del agente, el mismo que tiene que ser bueno, además de haber empleado los medios honestos y haber previsto los remedios al efecto malo que se podrían venir.

Cuando vemos que una obra no ha salido a la perfección (en el juicio subjetivo) tenemos que entrar en la esfera del sujeto agente, para poder dilucidad el fin propio del agente.

Aplicado esto, en todos los aspectos de nuestra vida, nos encontramos a diario con personas que realizan obras buenas que no son valoradas o bien apreciadas por pocos o por muchos; y, se hace toda clase de juicios y conjeturas sobre una posible “malicia” sobre el acto realizado, se piensa y se comenta cualquier cosa, se pone en tela de duda su recto obrar y hasta su reputación, se cuestiona y se indaga hasta encontrar algo que alimente los bajos instintos de quien desea poner en duda la honradez y la dignidad del otro.
En el campo político eso es el diario vivir, se ha dicho de todo contra el actual Presidente y vicepresidente, se ha investigado, se ha pedido que hagan declaraciones, se han pedido un sinnúmero de cosas para demostrar que el otro es honrado, cuando por principio de derecho universal, la inocencia no necesita ser probada sino la conducta delictiva.

Todos los seres humanos dotados de inteligencia sabemos bien que <<el amor no excluye el error>> que por mucho bien que queramos hacerle a nuestro hijos no todo lo que les damos les sirve para edificación, dicho esto en todos los campos, ya el afectivo, en la asistencia económica, en el consejo, en el aspecto vocacional etc. Algo hacemos mal contra quienes amamos, que a decirlo en el común -por nuestros hijos estamos dispuestos a dar la vida.

Así es como sucede en todas las esferas de nuestra vida, muchas personas buscan hacer el bien y otras ven en ese bien el mal, o muchos realizando la cosa buena, resulta un efecto contrario para alguien, que al sentirse perjudicado no juzga la bondad sino solo la obra en relación a él.

Desde el punto de vista de la filosofía, la maldad no existe en sí mismo sino en la imperfección de la cosa, como no existe la oscuridad, sino en la ausencia de luz y así, podríamos aplicar este principio a infinidad de cosas.

Por lo que mal esta juzgar o permitir que se juzgue mal los actos que realizan las otras personas, sin la debida motivación probatoria que determine en el plano de lo legal, la imperfección del acto bueno, ya por negligencia, impericia, inobservancia, complicidad, coautoría o cualquier otra categoría contemplada en el derecho o en las ciencias destinadas al estudio del comportamiento y la conducta humana.

Tan saludable es no elaborar juicios sin ser jueces, como es saludable nunca caer en el rumor sino en la corrección del acto imperfecto.

Tener claro siempre esto, nadie obra mal por ser malo (la maldad no existe sino en la imperfección del bien) todos tenemos serias motivaciones para hacer o no hacer algo.

Hay que salir del juicio precipitado y entrar en el análisis del contexto.

martes, 7 de marzo de 2017

Lenín es la salida

Una gran mayoría de periodistas odia la ley de comunicación como una gran mayoría de abogados odian la defensora pública, así se extiende el odio a quienes se ven afectados por las políticas estatales destinadas a llevar al pueblo a nuevos derroteros.
Hay que ser verdaderamente libre para mirar las cosas desde la perspectiva nacional y dejar a un lado el egoísmo, pensar que, <<lo que molesta a mi patrón me molesta mí>> eso son secuelas de ese viejo adagio infundido en las mentes de los esclavos en épocas de huasipungo, “si el patrón tiene, yo tendré”.
Yo fui un detractor del presidente Correa, pero no pude negar más lo que mis ojos veían, mi amor a la patria superó mi egoísmo y desde entonces defiendo este proceso, porque así lo entendí, un proceso que requiere de muchos años de dedicación.
Doscientos años de repartición de los recursos naturales no se los puede superar en diez años, una generación de personas pensando de una manera no se la puede superar en diez años, la mediocridad de vida es un tema generacional. Se requiere de tres generaciones para saborear todo lo que se está haciendo.
Tenemos que entender la constitución no como ley sino como proyecto de cambio generacional, requiere mucho más que pronunciar letras para componer palabras. Hay que entender que aún quedan políticos como Nebot y sus aliados, aún quedan quienes deben defender sus robos y violaciones de derechos como Lasso, hay que entender que la personificación de Bucaram es Páez. Hay que entender que a los jóvenes pobres de ayer nos robaron el futuro y hasta las ganas de vivir.
Todos mis amigos de infancia de escasos recursos viven de mano de obra barata, pocos salimos regular, los únicos que conozco que están medianamente bien son los hijos de quienes tuvieron algo de dinero, pero la mediocridad de vida los llevó a la ruina y no son más de nombres ni apellidos.
La viveza criolla era sinónimo de inteligencia, ahora solo los inteligentes entran en las universidades, antes era un palanqueo y el escaso recurso logístico de las universidades hacían que los jóvenes busquemos estudiar algo en algún instituto particular (sin importar donde estaba ubicado) o los llamados “institutos técnicos superiores” que pululaban en el ambiente académico o como oferta profesional a la escases de cupos en las universidades, o debido en mucho a que los costos eran superados por la adquisición salarial dichos títulos que al parecer caducaban con tu edad, porque nunca dieron estabilidad laboral ni garantía en la remuneración.
Así debió ser siempre, que solo los mejores ocupen los cupos en los centros educativos y luego en los cargos públicos, aunque aún persisten los rezagos del pasado, la corrupción heredada, cambios que hay que trabajarlos duro para que el país sea el país del buen vivir, y ¡lo peor que podemos hacer! Es: desconocer y rechazar el proyecto constitucional por la simple simpatía a una persona; y, lo que es peor aún, darle voto a quien no se merece ni la mirada misericordiosa del pueblo.
Soy una víctima del sistema, que nos sometió al dominio del patrón y a pensar que los burócratas eran los jefes de la ciudad, a quienes había que tratarles como señores más que como servidores, en mi ignorancia creía que eso estaba bien.
Soy una víctima de un sistema que hace mucho lo veía decadente, que hace mucho clamaba por un líder que ponga las barbas en remojo de tantos dinosaurio político, que se lucraron del pueblo haciéndose eternos e insustituibles en la asamblea, en las prefecturas y en los municipios, soy parte de esas víctimas que los hicieron señores a quienes nos tiranizaban.
Desperté tarde y tarde reaccioné, aunque sabía en teoría lo que pasaba, me indignaba pero no actuaba, hasta que llegó Rafael, el líder que todo el Ecuador esperaba.
Le seguí de lejos y luego de cerca, luego descubrí que había algo más poderoso que él, se trataba de la constitución, y que si algo debíamos defender eso era, la constitución, constitución garantista de derechos, y es allí donde todo me queda claro, porque llevaba varios años repudiando la constitución del 98 y ahora, ya tenía un marco constitucional que protegía a mi gente, protegía a los más necesitados de la patria, entonces el líder pasó, él no se convirtió en caudillo, él nos dio la razón de esperar y la razón para luchar.
Ahora, se claramente que no debo defender a nadie y así es, no defiendo a nadie ni estoy apoyando a nombre alguno, apoyo un proceso de reformas judiciales, de reformas legales, de reformas morales, de reformas estructurales y de reformas institucionales; en fin, de reformas las que sean, para que nuestro Ecuador se ponga a la par de países civilizados y de primer orden.
Por eso apoyo a este proceso de revolución ciudadana no a “Juan Pérez” o “María Morales” no me importa quien esté de candidato, si este me garantiza que va a defender la constitución, es decir mis derechos como ciudadano.
El voto por Lenin es el voto por continuar la línea del progreso equitativo, para que exista una clase media sólida y una clase alta honesta y honrada. Sin explotación laboral al pobre.
En este camino, da mucha pena que los pobres piensen en votar por quienes los hicieran pobres o por lo menos, por quienes los mantuvieron pobres, y se olviden de quien dio dignidad a las personas discriminada a quienes pronto se les reconoció como personas con capacidades diferentes en lugar del denigrante término de <<discapacidad>> a quien devolvió la esperanza a quienes ya no tenían nada que alegar en su defensa y en favor de su dignidad, que se dé la espalda a quien defendió el derecho de los más vulnerables, que se olviden del finalista del premio nobel. Así es como se paga a la bondad de un hombre bueno por eso es que la ruina ronda nuestras casa.

Desde niño aprendí que el bien nacido debe ser <<bien agradecido>>