Por Luís Litardo
Introducción.
Las personas tenemos modos diversos de concebir las realidades y son estas realidades las que tenemos que conceptualizar para poderlas entender, de tal manera que cada persona entiende desde los conceptos que tiene de las cosas.
Karl Popper escribió "Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permítasenos decir, si ellos no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas o que han absorbido de su ambiente intelectual o de su tradición... Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías".
Hasta aquí el texto del Filósofo, pero qué hay de verdad en esto? mucho, que siendo la filosofía la ciencia de todas las cosas, en ella está el conceptualizar todas las cosas de tal manera que las personas lo entiendan de la mejor manera.
Existiendo una infinidad de conceptos y una infinidad de criterios sobre los mismos conceptos, podemos poner como ejemplo la sociedad, sabiendo que existen diversos modos de concebir la sociedad, conceptos que aunque quisiera escribirlos, no cabría este espacio para introducirlos a todos.
Además contamos con muchas otras sociedades como por ejemplo: Sociedad Mercantil, Sociedad Anónima, Sociedad Limitada, Sociedad Cooperativa, Sociedad en Comandita, cada una de estas sociedades son conceptualizadas de diversas maneras por diversos autores, esto significa que cada autor de estas materias, conceptualiza a la sociedad de modo que él lo conciba como verdadero.
Así, de esta forma nos encontramos con los conceptos universales que son aquellas realidades que se pueden aplicar a muchos sin que por ello pierdan su esencia
El bien
Muchos filósofos se han detenido a pensar sobre la bondad y malicia de los actos que realizan las personas, definiendo adecuadamente que el bien es todo aquello que proporciona a los seres racionales cierta dicha y felicidad. El bien seria por tanto lo que todos los seres racionales persiguen con una voluntad intelectiva.
Otros al considerar el bien han considerado equívocamente la bondad, aunque a decir verdad el bien y la bondad son similares en su concepción originaria aunque un tanto diversos en su aplicación, el bien como la voluntad que nos mueve a cumplir con determinados propósitos y la bondad como el acto natural que nos lleva causar cierta armonía en la naturaleza.
Mientras que el bien puede ser real o aparente, la bondad siempre será la búsqueda de la armonía, de que todo trascurra como debe ser favoreciendo siempre a que se ausente el conflicto.
El bien termina en la conclusión del acto mientras que la bondad busca realizar actos buenos. Voy a ejemplificar un poco; cuando una persona tiene sed, busca beber agua o algún líquido que le quite la sed, es decir busca el bien, el mismo que termina con la obra concluida.
La bondad en cambio, tiende por la misma naturaleza a realizar actos buenos, es decir que el bien cualquier persona lo puede realizar, porque es aquello que busca para que le proporcione cierta dicha, pero la bondad ya es un acto de la virtud que nos inclina a realizar actos buenos para sí mismos o para los demás y aunque los actos que realices sean escandalosos para otras personas, siempre estos actos estarán cubiertos de la virtud y no de un mero placer como lo es el caso del bien. En conclusión, la bondad es la práctica asidua del bien, es una virtud por la que realizamos actos buenos.
El bien es por tanto “aquello que todos apetecemos como a su fin porque trae consigo la felicidad”
El Fin
El fin también se lo suele confundir con finalidad pero estamos en el mismo caso anterior, en que se parecen, se complementan pero no son lo mismo, ya que el concepto de fin, dice, como término de una obra, de un tiempo o se lo emplea como sinónimos de objeto, motivo o finalidad.
Aquí vamos a tocar el fin en su esencia, como el cumplimiento de algo, es decir que el clímax de una actividad es el fin, por tratarse de gustar la realización de aquello que buscábamos como bien, una vez cumplido y obtenido el bien deseado, se llega a su fin.
El fin puede ser de dos maneras, ya como terminación de un evento (fin de la obra) ya como ideal, (fin del agente)
Fin de la obra.- Este concepto nos queda menos complicado, porque todas las personas han llegado a la conclusión de una actividad o una relación, que podría ser de diversos modos: laboral, sentimental, filial, etc.
En el aspecto laboral, sabemos que puede ser parcial, si terminó el día laborable o total, si terminó el contrato laboral por el que mantenía esta relación, que podría venir, ya por una ruptura del contrato, ya por la culminación de la obra.
En el campo sentimental, las parejas suelen decir, que ya “terminó con su pareja” y esto significa que la relación llegó a su fin.
En la relación filial, se da por la emancipación, cuando el hijo tiene la edad adecuada para tomar decisiones y ser responsable de sus actos, normalmente suele ser a la mayoría de edad o cuando contraen nupcias.
Cuando hablamos del fin del agente, entonces lo entendemos como los objetivos que se tenían que cumplir, como la finalidad, por la que se obro esto o aquello, es decir, que una vez obtenido el título académico, el fin de la etapa de estudiante universitario terminó aunque inicie una nueva etapa, que sería la de preparación profesional en la rama de su especialidad.
Y así estas motivaciones también adquieren el nombre de fin, siempre que el llegar a ellos proporcione satisfacción.
La felicidad
Por felicidad entendemos el estado de ánimo por el que se disfruta lo que se ha deseado o se desea, se lo puede entender como el gozo y el deleite por obtener lo que se buscaba.
Este estado de ánimo, nos mueve fuertemente a proyectarnos nuevas metas ya sean a corto o largo plazo, la felicidad en si es lo que todos deseamos, por lo que todos luchamos y a lo que todos los seres dotados de razón tendemos de modo natural.
Esta felicidad, podría muy bien confundirse con la alegría y el contento que son del grupo de las emociones pero que no son la felicidad, ya que su estado es pasajero en muchos de los casos efímeros, como la reacción que produce el alcohol en quien lo bebe o alguna de las otras sustancias que provocan una eventual alucinación.
La felicidad entonces se encuentra estrechamente ligada al fin y al bien, por el sencillo hecho que nadie busca el mal por sí mismo, sino que en el estrepitoso intento de buscar la felicidad, se vean enredados en efímeras alegrías y un interminable número de contentos, y en lugar de acercarse a la felicidad, se alejen de ella, ya que solo se buscó satisfacer las necesidades emergentes, sin tener ninguna finalidad estable en su vida, ya como objetivo o meta a concluir.
El problema suele ocurrir cuando se invierte los medios y los fines y se busca como fin lo que solo es medio, es decir que, si un joven busca ser profesional, tendrá que cumplir con todos los requisitos legales para ingresar en la universidad y de a poco va cumpliendo esas metas hasta terminar toda la carrera y obtener el título por el que cumplió todos los otros propósitos, ejemplo.
Primer fin, aprobar el bachillerato con las mejores calificaciones que le garanticen un acceso a la universidad; matricularse; asistir a clases y cumplir con los profesores, guías, tutores y formadores; pasar puntualmente todos los exámenes y cursos, tener buenas relaciones afectivas entre los compañeros y con las autoridades del centro de estudio y finalmente la graduación. De esta manera logrará su finalidad cumpliendo de a poco con cada una de estas obligaciones.
Y así podemos ejemplificar en los diferentes escenarios de la vida, en los que debemos cumplir cada una de las etapas, si queremos realizar bien las cosas y lograr esa satisfacción en los actos que realizamos.
De esta manera, concluimos nuestro tema, del dilema filosófico entre el bien el fin y la felicidad, siendo que los tres conceptos son en sí mismo, la misma cosa con diferentes nombres.