Lo imprescindible de la vida es la respiración, en ella caben el aire y el agua.
jueves, 6 de diciembre de 2012
domingo, 23 de septiembre de 2012
EL DILEMA MORAL XI LA CARIDAD
EL DILEMA MORAL XI
La caridad
Para
concluir esta temática, debo considerar que los dilemas se los puede solucionar
de una sola vez si se atiende a los dictámenes de la recta razón en el obrar
(prudencia), más aun atendiendo a la nobleza de espíritu, que <<busca
el bien y evita el mal>> y así ante una doble postura de igual
valor, nos queda solo obrar la prudencia y buscar el bien.
La
caridad o amor como le queramos llamar a esta virtud, mira siempre al bien y
obrando de esta manera, tenemos que considerar la jerarquía de valores, la
misma que pone por sobre todas las leyes la ley del amor y no la del talión, es
decir que, quien obra el amor, antepone el perdón antes que el castigo, dicho
esto en justicia y no sentimentalmente.
De
esta manera se expresa el Apóstol San Pablo “…Aunque
repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a
las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es
servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede
con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el
mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la
verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño… Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”. (Cort 13, 1-13)
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto. Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño… Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí. En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor”. (Cort 13, 1-13)
Cuando
aprendamos a amar, el odio y malos entendidos desaparecerán, cuando aprendamos
a amar, enseñaremos a amar y no a odiar, cuando aprendamos a amar, buscaremos
la justicia y no la venganza, cuando aprendamos a amar, seguro que las cárceles
desaparecerán, cuando aprendamos a amar, buscaremos lo que en verdad hace feliz
a los demás.
Cuando
aprendamos a amar nos inclinaremos siempre movidos por la bondad, dejaremos a
un lado la sed de venganza, juzgaremos con la certeza de que estamos dando
valor a lo que es primero, lo dictado por la fe y la ley natural, la misma que
ordena todas las cosas y las pone para bien de cada uno de nosotros.
Cuando
aprendamos a amar, tendremos siempre presente, la jerarquía de valores la
justicia y la caridad, antes que cualquier interés particular.
EL DILEMA MORAL X LA LEY Y LA JUSTICIA
EL DILEMA MORAL X
La ley y la Justicia
Un
dilema en particular se da entre estos dos conceptos, la ley y la justicia, ya
que la una asume la presencia de la otra casi sin temor a equivocarnos, sin
embargo en el dilema estas dos partes podrían estar en contraposición debido a
motivos superiores.
La
ley es entendida como aquella voluntad del soberado que de forma prescrita en
la constitución, manda permite o prohíbe realizar ciertos actos, esto atendiendo
al imperio de la justicia que es la voluntad constante de dar a cada quien lo
que le corresponde, ahí entra el dilema.
Mientras
que, el cumplimiento del deber se ve custodiado por la ley, que me dice lo que
debo o no debo hacer o hasta dónde puedo llegar en mi procedimiento, en materia
concreta la justicia se sirve de la ley para su recto proceder, pero esta ley
bien entendida en una jerarquía de valores la misma que clasifica las leyes de
acuerdo a la importancia y necesidad.
Tenemos
entonces que saber, qué ley está por sobre la otra, entonces se hace necesario
clasificar la ley en: Ley divino positiva, recogida en la biblia en especial en
los diez mandamientos, los mismos que priman sobre cualquier ley civil, la Ley
Natural, que es la ley regida por la naturaleza, la misma que ejerce su dominio
sobre todas las criaturas naturales y en justicia da a cada quien lo que le
corresponde; La ley humana, conocida en algunos países como ley civil en
general, son las leyes dadas a los ciudadanos, esta también ejerce una
jerarquía y tiene como cabeza de todas las leyes civiles la constitución, de
ella se desprenden las otras leyes civiles, penales, laborales, de tránsito,
etc.
Todas
estas leyes miran a la justicia, pero para que impere la justicia no hace falta
tener en cuenta la ley, sino ante todo el sentido común y la caridad, cuya
virtud derivada es la justicia.
Es
por esta razón que, en ocasiones ocurre que algunos vigilantes de tránsito,
permiten circular vehículos particulares a gran velocidad, ya que en el
interior va una persona al borde de la muerte y atendiendo a la jerarquía de
las leyes, está primero la ley natural por la que se defiende la vida antes que
la ley de tránsito, en derecho se le denomina a esto, Ley de la gradualidad.
Existen
los caso de jueces, que han puesto penas suaves a personas que han cometido un
delito grave, debido a la sana critica, por la que el culpable no reúne las
características de un delincuente común, a esto se le llama la gradualidad de
la ley.
Y
así podríamos ir argumentando muchos casos en los que se encuentran dos leyes y
al desconocer esto, se crea el dilema moral, al no saber qué hacer en casos
concretos donde dos leyes parecen no estar de acuerdo o donde las dos posturas
sean de igual peso, pero solo debo optar por una, a costa de los daños o la
aparente infracción que se cometa.
EL DILEMA MORAL IX JERARCAS Y SUBORDINADOS
EL DILEMA MORAL IX
JERARCAS
Y SUBORDINADOS
Al
tratar de este tema, parecería estar empleando una antigua forma de composición
social no tan venida al tiempo ni querida por el contexto.
Pero
aquí no vamos a tocar las posturas políticas ni ideológicas, sino sólo lo
concerniente al uso exclusivo de una jerarquía de valores o jerarquía moral,
por la que damos a cada persona y a cada evento
un lugar apropiado distribuyendo así en jerarcas y subordinados por
ejemplo, de jerarca “Madre” subordinado “Hijo”.
La ley.- La ley siempre será un referente para las prácticas
sociales, ellas nos muestran que acciones son permitidas en esta sociedad y que
acciones no son permitidas, pero ante la ley estará siempre como jerarca la
justicia, es decir, la ley está al servicio de la justicia y no al revés.
Cuando aplicamos la literalidad de la ley, podemos caer en un vicio de
legalidad si desconocemos la justicia que se quiere implantar por la letra de
la ley, de tal forma que no es posible actuar la justicia al margen de la
misma, de este modo, sabremos cómo proceder en casos de dilema en el que la ley
y la justicia parecen no estar de acuerdo, por lo que se apela a instancias
superiores de la justicia, la misma que pende de la caridad.
En
todos los campos siempre tendremos en cuenta, que cosa está primera; la ley, está al servicio de la justicia y ésta
de la caridad. De tal manera que ante una acción en la que se tenga duda sobre
si se actúa o no, se tiene que mirar por un lado la ley, que nos dice esta al
respecto y luego la justicia que bien entendida es la voluntad constante de dar
a cada quien lo que le corresponde estrictamente.
Nunca
es saludable actuar movidos por el odio o la venganza, ya que en ella actúa la
injusticia antes que la justicia, aunque la letra de la ley fije el castigo, la
justicia juzga el contexto y la caridad cambia los miramientos humanos
sentimentales, por razones fundamentales para obrar, de esta manera los dilemas
se dan en la disyuntiva ante la aplicación de una norma y la conducta
aprendida.
Cuando
la aplicación de una norma, está en contraste con la necesidad afectiva suelen
aparecer dilemas por los que se denuncia a los propios hijos o padre, pero
mirando más allá, las necesidades o apegos afectivos, suelen ser más fuertes
que la misma justicia, razón por la que muchos permiten que se les maltrate ya
que quien lo hace goza de un privilegio afectivo.
EL DILEMA MORAL VIII DE LAS VIRTUDES EN SÍ MISMAS
EL DILEMA MORAL VIII
DE
LAS VIRTUDES EN SÍ MISMAS
Por
virtud entendemos.- Aquellos hábitos repetitivos bueno, se trata de las cosas
que hacemos de modo habitual siempre inclinados por el bien y la bondad.
Existen
virtudes innatas en la persona, pero estas no operarían sin la presencia de
otras virtudes adquiridas al igual que los vicios, ya que todos al momento de
nacer traemos la herencia genética y con ella, ciertas cualidades propias de
nuestros padres o familiares de quienes las hemos heredado.
La
herencia genética que todos llevamos imprimen en nosotros algunos rasgos de
carácter que simplifican nuestra manera de comprendernos y de hacernos
comprender al mismo tiempo que se deja ver con claridad, cuál es el trato que
debemos tener con estas personas para obtener ciertos resultados de ellas, de
allí que proviene la sabia enseñanza de que todos nacemos con virtudes y
defectos. Lo cual es verdad.
Existen
otras virtudes que las aprendemos, no como las lecciones de la escuela, sino
que, son fruto de la enseñanza constante de esta forma de vida, como sería
enseñar a decir la verdad siempre, enseñar a no retener lo ajeno, enseñar a los
niños a compartir, o algunas virtudes que tengan que ver con la piedad, como,
ir con nuestros hijos a la iglesia y mantener una conducta adecuada al espacio
y el momento, cruzar las calles por donde se debe cruzar y respetar las señales
de tránsito.
Mantener
siempre un dialogo con respeto en el que los gritos no sean respetados sino que
se mantenga una actitud de diálogo y escucha.
De
esta forma es como las buenas acciones que vamos realizando con nuestros hijos
se convierten en fortaleza de ellos cuando de tomar una decisión se trate, sólo
así entenderán que las decisiones hay que idearlas, pensarlas, pesarlas y
medirlas, de tal manera que, cada vez que estemos frente a un dilema moral lo
podamos resolver sin mayor complejidad.
EL DILEMA MORAL VII JERARQUÍA MORAL
EL DILEMA MORAL VII
JERARQUÍA MORAL
La jerarquía moral tiene que
ver con una educación en virtudes, esto es una especial formación permanente en
el área de la moral y así podremos ir enumerando algunos detalles de
acuerdo a cada virtud en especial, sin hacer de este material un tratado
de moral fundamental, sino solo atendiendo a la virtud en especial.
Siempre es bueno en los niños
ir creando un ambiente de diálogo y comprensión, porque los niños son el reflejo
de lo que son los adultos, esto dicho en un porcentaje muy alto y así a padres
irrespetuosos, hijos mal portados o como se lo quiera entender mejor, como lo
diría Jesucristo, “no se cosechan uvas de los espinos”… porque “al árbol se lo
conoce por su fruto”. Si queremos tener hijos comprensibles, tenemos que ser
padres comprensibles.
El comportamiento de los
padres será en sí lo que dará a los hijos los cimientos de ética y moral, no se
pretenda nunca que los hijos serán distintos
a nosotros, de cinco hijos uno podría ser diferente, de uno a tres, no tenemos
ninguna garantía de tener un hijo diferente, ellos será el fiel reflejo de
nosotros o de lo que nosotros hayamos hecho con ellos.
Como ejemplo un hijo que ha
recibido golpes desde muy pequeño, será un hijo que le gustará agredir a otros,
mientras que un hijo que no ha recibido golpes, será una persona abierta al
dialogo en cualquier circunstancia de la vida. No es posible creer que los
hijos no nos hacen caso, lo posible es creer que nosotros somos incapaces de
crear un ambiente para que nuestro hijo nos obedezca. Tenemos que dejar de
creer que el niño es malcriado, los niños son lo que aprenden a ser y así es como impera en él la
injusticia, porque las órdenes que recibe provienen de un estado de ánimo
irracional, es decir, se les habla o golpea con crueldad cuando se tiene ira,
mientras tanto no, y eso prepara al niño para ser injusto y usar el espacio
como de costumbre sin advertir que ese no es el momento de actuar de esa
manera.
Si los adultos creamos en los
hijos esa jerarquía moral, los hijos crecerán de tal manera, que con solo la
mirada del padre o la madre ellos ya sabrán que hacer, sin miedo a ser
castigados, sino atendiendo a las razones por las que tienen que actuar,
siempre, sin necesidad de recurrir a los golpes o los gritos.
Y así, si el niño aprende que
tiene que respetar a los adultos y que debe pedir las cosas y no tomarlas, al
momento de emplear estas dos jerarquías
al mismo tiempo descubrirá, que si se porta mal con un adulto, le será negado
también lo otro. Esta forma de enseñanza debe mantener una constante
permanencia.
EL DILEMA MORAL VI LOS SUEGROS O ABUELOS
EL DILEMA MORAL VI
LOS SUEGROS O ABUELOS
Estas personas de mucha influencia para los hijos y los nietos,
constituyen una ayuda y un peligro, ya que el sentido de padre (como autoridad
y protección) o como abuelos (sobre protectores de los nietos) suelen ser de
fuerte influencia en el seno de las familias.
Por ley natural los hijos tienen a sus padres, pero en el aspecto social
esta tendencia solo permanece hasta la etapa de la emancipación, que en muchas
sociedades dura hasta la mayoría de edad, hasta que los hijos terminan sus
estudios de tercer nivel o hasta que se casan.
En muchos países llamados desarrollados, los padres solo permiten a los
hijos que vivan con ellos hasta que estos terminan sus estudios, luego los
obligan abandonar la casa paterna para que ellos puedan realizarse como
personas y como profesionales dejando en tranquilidad la intimidad de los
esposos.
En nuestro medio es difícil que los padres dejen la paternidad con los
hijos y hasta mucho después de casados ellos siguen influyendo sobre las
decisiones que los hijos adultos deben tomar, causando con esto una suerte de
dependencia anímica en la administración del hogar, en donde, los esposos,
dependen en mucho, de la opinión y decisión de los padres.
Por eso, considero de suma importancia este tema y he querido tocarlo en
el desarrollo de nuestra temática general del "dilema moral" para lo
cual es necesario considerar la jerarquía de valores, saber ubicar cada cosa en
su lugar y darle a cada persona el lugar que le corresponde. Pues de ello
dependerá, el buen desenvolvimiento de las relaciones entre las personas.
Junto a este tema podríamos también considerar a los maestros y amigos
que si bien son personas ajenas a nuestras familias, poseen a su vez, un grado
muy alto de influencia, debido a la cercanía que tienen con nosotros; y, aunque
estas personas no sean objeto directo de nuestro estudio, creo que cada uno en
particular debe ir situando el lugar propio de las personas que no son de nuestra
familia, pero que ejercen influencia en ella.
EL DILEMA MORAL V LOS PADRES Y LAS MADRES
EL DILEMA MORAL V
LOS PADRES Y LAS MADRES
Estos
son la máxima autoridad para los hijos, ninguna persona está en disposición de
desautorizarlos ni contradecirlos, dentro de los parámetros establecidos en la
ley y las buenas costumbres sociales.
Los
padres (como le vamos a llamar a Papá y mamá) cumplen una función de extrema
responsabilidad con la sociedad, de ellos dependerá el buen desarrollo de la
misma y son ellos los únicos responsables del futuro social.
Los
padres a más de la procreación de los hijos o la adopción, deben velar por la
alimentación, la salud y el vestido de los vástagos, ellos son los que
responden en primera instancia de socorrer las necesidades sociales; de contar
con buenos ciudadanos, excelentes trabajadores y personas cualificadas para
misiones especificas en la sociedad, ya como estudiosos, como obreros como
soldados, religiosos, clérigos y pastores, ya como orientadores, personas aptas
para comunicación social, en el campo científico de las ciencias médicas y de
la ingeniera, la cibernética y toda la gama de la tecnología, personas con un
alto nivel intelectual o de responsabilidad en la ocupación que tengan, como
comerciantes, artesanos, artistas plásticos, actores, músico, etc.
Porque
de todo esto está compuesta la sociedad, siendo que es en la familia donde
estos se forman y son los padres los que animan a los hijos y descubren en
primera instancia el talento que ellos poseen, el mismo que deben hacer surgir
para que toda la sociedad se nutra de ello. Del mismo modo son los padres los
que forman a los delincuentes, porque todo lo que hacen los jóvenes es fruto de
lo que pasa en su familia.
También
es de considerar que existen hijos que aún proviniendo de padres buenos
realizan acciones indecorosas.
Por
eso se dice que la responsabilidad de un padre y de una madre va más allá de
dar el alimento, es necesario darle a los hijos la seguridad que podrán vivir
tranquilos el resto de sus vidas, para esto existen muchas recetas, las mismas
que nos va diciendo que clase de hijo queremos tener y cómo debemos actuar para
conseguir aquello.
EL DILEMA MORAL IV LOS HIJOS
EL DILEMA MORAL IV
LOS HIJOS
O
la prole, son el fruto de la unión marital entre un varón y una mujer, pero
existen hijos no naturales obtenidos por vía de adopción, los mismos que tienen
igual derecho que los hijos naturales.
Los
hijos constituyen el segundo eslabón en la jerarquía de valores, por dos
razones fundamentales, la primera por ser el fruto de los padres y la segunda
por su carácter de fragilidad, los mismos que necesitan el sostén y apoyo de
los progenitores y de la sociedad.
Entre
los hijos con relación a los padres no existe diferencia en el carácter jerárquico,
por lo que ningún hijo debería ser más
querido que los otros, pero si existe una jerarquía en cuanto a la madurez y la
responsabilidad que derive de ello.
Con
normalidad los hijos con rango de autoridad son los mayores, a ellos se les
confía el cuidado de los hermanos menores y se les encarga tareas que favorecen
a desconcentrar la actividad de los padres ya en relación a los hijos ya en
relación al cuidado de la casa, también asumen rangos jerárquicos, los hijos
más obedientes, maduros o los que poseen ciertas cualidades de liderazgo, estos
son de mayor confianza debido a que sus padres o representantes pueden confiar
en ellos sin la presencia de ningún adulto.
Para
los hijos en cambio, el primer eslabón es el de los padres, los padres de sus padres
y luego sus hermanos en cuanto a la filiación, enseñándolo de esta manera, los
hijos tendrán siempre un referente de autoridad y se adecuarán a vivir en una
sociedad donde siempre tendrán una autoridad a la que hay que respetar.
Cuando
se delega responsabilidades paternas a los abuelos, es necesario tener en
cuenta que no siempre los abuelos son buenos criadores de hijos, los abuelos
están más relacionados por el lado del afecto que el de la corrección, tarea
que casi siempre queda en manos de los padres. Si se llegó a delegar, cuide que
los abuelos no estén restando autoridad a los padres, esto conllevaría a –Posteriori-
a tener una sociedad corrupta, donde las personas se acostumbrarían a no acatar
las disposiciones de su jefe inmediato o de la autoridad, por llegar a la
máxima autoridad, saltándose la jerarquía ya implantada, a eso en cualquier
sociedad del mundo se le conoce con el nombre de corrupción.
Educando
a los hijos así, solo contribuiríamos a corromper más la sociedad.
EL DILEMA MORAL III EL PRÓJIMO
EL DILEMA MORAL III
EL
PRÓJIMO
Para
las personas que sostiene alguna creencia religiosa, el primer lugar lo ocupa
Dios, luego el prójimo. El prójimo sería el primer momento de nuestro análisis.
Según
las enseñanzas cristianas, el prójimo es toda la gente, pero esta gente
sostiene también una jerarquía y es así como lo vamos a clasificar: El primero
de entre el prójimo, soy yo, mi yo es mi primer prójimo, a quien debo amar y
respetar, y solo en la medida del amor que me tenga seré capaz de amar o
estimar a los demás, este amor, no debe ser excesivo, antes bien debe ser
justo, de tal manera que no nos otorguemos un cariño excesivo, viciado por el
egoísmo.
La
razón es porque <<prójimo>> proviene del latín <<próximus>> significa
<<próximo>> es decir el más cercano. En este punto entra la
voluntad, que impera sobre las decisiones de las personas haciendo que estas
opten por cualquiera de las alternativas planteadas. En el caso de la pareja,
esta es de opción racional, por lo que se excluye el rechazo entre ellos.
Luego
de nuestro yo, existen otras personas que viven con nosotros, como lo es la
pareja, es esta persona la que ocupa el segundo lugar, casi en completa
igualdad con el yo, nunca menos siempre igual.
La
pareja constituye nuestro segundo prójimo, a ella nos sometemos como a nuestra
propia voluntad, quizá muchos se preguntaran y porque entonces existen las
separaciones, la respuesta es simple, la persona que vive con nosotros debe
darte igual trato, caso contrario, no puedes bajo ninguna circunstancia
permitir que alguien este anulando tu propia estima, y cuando el conflicto
subsiste aun a pesar del amor que se tenga alguna de las partes, es necesario
que por un tiempo ellos se alejen, con la finalidad de valorar las cosas que no
valoraron mientras convivían.
La
pareja siempre será nuestro primer prójimo aun a pesar de las dificultades en
la convivencia, por naturaleza, si existe un conflicto, o emergencia, siempre
se tenderá a defender las causas de la pareja antes que cualquier otro incluso
por sobre los hijos y los padres.
Seguro
parecerá esto contradictorio a la concepción originaria de la vida, tal y como
la concebimos en la actualidad, la misma que tiene una mezcla de valores y
antivalores, donde la virtud es un defecto y los vicios son alabados.
Por
eso estamos como estamos, clamamos a Dios y parece no escucharnos, pedimos más
resguardo policial, pero es sacrificio inútil, si en el seno de las familias,
no existe un ápice de voluntad para enmendar lo que está mal dirigido.
EL DILEMA MORAL II EL DILEMA EN SÍ MISMO
EL DILEMA MORAL II
El
dilema moral no es más que una situación conflictiva en la que el sujeto se
encuentra; situación en la que caben dos posturas de la misma magnitud, con
igual grado de moralidad, pero una sola de esas acciones es posible, afectando
de esta forma a la otra parte, es decir que se tiene que actuar de cualquier
forma, ya sea que se afecte a uno o a otro.
Existen
algunas formas de dilema moral, pero aquí nos vamos a centrar en los dilemas
reales, en esos tópicos de la cotidianeidad.
Los
dilemas morales los tenemos a diario y es necesario saber cuándo en si estamos
frente a un dilema y cuando no, por eso es necesario tener claro cuál es la
jerarquía de valores, que cosas son primero y que cosas son después, cual va en
el primer lugar y cual en el segundo y así sucesivamente.
En
ocasiones se hace muy difícil decidir
sobre alguna materia en la que conjugan la ley y los principios morales, en la
que los dos están de acuerdo o en la que los dos se distancien, los dilemas, se
suelen formar justo cuando hay que cumplir una ley, pero esa acción lleva
consigo dejar algún principio moral, como lo sería, el denunciar a mi mejor
amigo sobre el crimen que se cometió.
Como
es de comprender a simple vista, la amistad es una virtud derivada de la
caridad, y el silencio del testigo lo convierte en encubridor, además que se
convertiría en un traidor si denuncia y eso le acarrearía perder una buena
amistad.
En
esta jerarquía de valores entran en
juego varios binomios como son: Los preceptos bíblicos y las formas de concebir
la fe en el universo de caracteres eclesiales; las enseñanzas de los padres y
la formación académica y particular de los hijos; la formación de los sujetos,
y la amistad; la ley y la necesidad, etc.
A
esto se juntan varios interrogantes que es necesario considerar en este tema
del dilema moral como por ejemplo: ¿A quién o quiénes
afectará esta acción? ¿En qué medida afectará a cada uno? ¿Qué efectos
favorables y desfavorables tendrá para cada parte? ¿Cuál será el balance de
bien y mal entre todos los afectados?
Esto necesita un
razonamiento rápido, por lo que se requiere de una materia disponible ya en la
memoria.
EL DILEMA MORAL I INTRODUCCIÓN
EL DILEMA MORAL I
INTRODUCCIÓN
Siempre
que nos encontramos en una situación de la que se requiere dejar la ley o los
principios por otras convicciones, nos encontramos frente a un dilema moral, el
mismo que ejerce una fuerte influencia sobre nuestras decisiones.
Como
es conocido, el dilema vacila entre dos posturas completamente concordantes,
pero una sola es posible, en ese instante, como podría ser el caso de un
bombero que debe apagar el incendio que consume la casa de quien le quemó la
casa de su familia dejándolos en la completa miseria, o el policía que debe
detener al delincuente que le salvó la vida, o el clérigo que debe callar el
secreto de confesión aún a sabiendas que el criminal que mató a su madre está
junto a él.
En
los centros educativos y en las familias, es necesario poner mucho énfasis en
la aplicación de las normas de ética y moral, ya que en estos lugares es cuando
más existe la complicidad al momento de encubrir alguna acción repudiable, en
la que se aplica el dilema moral, entre la norma y la amistad.
Casos
como esos y un sinnúmero de casos más conviven con nosotros a diario y en la
mayoría de ello no se sabe qué hacer y se da paso a lo que podría esperar, se
mezcla lo necesario con lo importante, se mal establece la jerarquía de valores,
se confunde razón con sentimiento. En fin se actúa como no se debería de
actuar, porque a quienes nos ha tocado decidir sin previo razonamiento, también
nos ha tocado sufrir la desgracia de llegar con nuestros propios pies a donde
no queríamos llegar.
Pensando
en todo eso, consideré necesario escribir algunos artículos sobre este tema, en
el que las coincidencias con el diario vivir, parecerá estar imbuidas de
noticias de cada uno, o en el extremo, sacadas de novelas de ficción, de
cualquiera de las dos formas, será el fiel reflejo de nuestro complejo diario
vivir.
Hablar
de dilema ya constituye en las mentes de muchos en un problema sin solución y
hablar de moral, significa tratar un tabú.
Pero
el dilema moral, más allá de ser algo sin solución por lo que no se lo debe
tocar, es un tema que nos debería preocupar, para ayudar así a la composición
de nuestra compleja sociedad, en la que cada día el crimen comulga con el
castigo.
Les
invito a seguir cada uno de estos artículos, los mismos que tienen como
finalidad ir resolviendo el dilema moral.
martes, 24 de abril de 2012
EL DIA DE MI MUERTE
AUTOR:
Luís Litardo
El día de mi muerte no quiero que
lloren,
Quiero ver sonrisas al cielo que imploren
Labios melosos por la melodía
El campanario, el
tictac en el mediodía
El día de mi muerte no quiero molestias
Quiero canto alegre y mucha modestia
La opera en vela, Beethoven… la novena
Sinfonías ardientes son sangre en mis venas
El Carmina Burana, para pasar la noche
Vivaldi en el alba, el camino en el coche
Amadeus Mozart, aquieta los ánimos
La música de Wagner, describe lo que amo
El día de mi sepultura quiero ver el río,
Mis miembros inertes por su orilla brío
Y frente a la tumba nuevamente Wagner
Sigfrido funesto, walküias, animad, cerner
El día de mi muerte una marcha fúnebre
Yendo junto al río mi cuerpo incólume
No quiero ir en hombros sería cansado
Todas las fatigas serán del pasado
El día de mi muerte quiero que se lean
Esta cuatro letras que todos las vean
Mi última voluntad, ya las dejo escritas
Mi cuerpo repose, debajo en la cripta
Ese monumento que tanto he admirado
Templo sagrado pero muy vituperado
Allí mi carne muerta ahí mi voluntad
Ahí rezará mi alma por tanta maldad
lunes, 16 de enero de 2012
ARGUMENTO A LOS MINI RELATOS DE MANUEL DUARTE
Minirelaro:
Desnuda
“Y desnuda ante el espejo, apenas pudo reconocer su rostro”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
La mujer que en años anteriores era quien llamara la atención de los masculinos, Alicia, desnuda frente al espejo, con una foto de su juventud en frente, recordaba aquel pasado de mujer codiciada, bella por cualquier lado.
Autor: Luís Litardo
Minirelato.
Inexplicable
“¡hermosa! Pero inexplicable como el crimen”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así la veían los muchachos, hermosa y peligrosa, juntarse con ella les significaba un peligro, como el crimen, que de cualquier forma que se conciba será igual, si lo cometes en defensa propia, será un placer efímero, perseguido luego o por el complejo de culpa o por la sed de venganza.
Autor: Luís Litardo
Mini relato.
Sirena
“fantasmal, cual sirena de tierra entre sombras”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así la veíamos andar, y los que la seguían de cerca, sus ojos parecían menear al son de sus caderas, solo podía pasar en la imaginación de los galanes, porque no pertenecía a nadie.
Autor: Luís Litardo
Minirelato:
El nombre
“¡Bufones! Nombre perfecto de los tiranos”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
¿Quién no ha experimentado la presencia de un buen payaso? Seguro que todos, más aun cuando somos niños, pero el bufón es especial, el hacía esfuerzos por arrancar una sonrisa al rey, se humillaba ante el tirano, solo por no querer morir, llego no a ser un payaso sino un vil.
Autor: Luís Litardo
Minirelaro:
Soñadora
“Soñadora ¡Sueña! Es todo cuanto puedes hacer”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
La realidad no es para ti, la realidad no vive en ti, la realidad huye de ti, vives embobada en un mundo de ilusiones, y quieres meter a todos en tu mundo de frustraciones, el mundo es más real de lo que tú lo puedes imaginar
Autor: Luís Litardo
Minirelato.
Destino
“En el atardecer. Todas las horas en su silencio, guardan las voces de tu destino”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así nos acostumbró el padre tiempo, a unos amaneceres ruidosos aunque con sabor a melodía en una sinfonía que surca los cielos y sacude el rocío de los árboles, mientras que al atardecer, el cuerpo cansado desea llegar al lecho donde reparará sus fuerzas, en silencio, meditando sin poder corregir lo que se hizo mal, por la sencilla lógica de que el tiempo ya pasó.
Autor: Luís Litardo
Desnuda
“Y desnuda ante el espejo, apenas pudo reconocer su rostro”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
La mujer que en años anteriores era quien llamara la atención de los masculinos, Alicia, desnuda frente al espejo, con una foto de su juventud en frente, recordaba aquel pasado de mujer codiciada, bella por cualquier lado.
Autor: Luís Litardo
Minirelato.
Inexplicable
“¡hermosa! Pero inexplicable como el crimen”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así la veían los muchachos, hermosa y peligrosa, juntarse con ella les significaba un peligro, como el crimen, que de cualquier forma que se conciba será igual, si lo cometes en defensa propia, será un placer efímero, perseguido luego o por el complejo de culpa o por la sed de venganza.
Autor: Luís Litardo
Mini relato.
Sirena
“fantasmal, cual sirena de tierra entre sombras”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así la veíamos andar, y los que la seguían de cerca, sus ojos parecían menear al son de sus caderas, solo podía pasar en la imaginación de los galanes, porque no pertenecía a nadie.
Autor: Luís Litardo
Minirelato:
El nombre
“¡Bufones! Nombre perfecto de los tiranos”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
¿Quién no ha experimentado la presencia de un buen payaso? Seguro que todos, más aun cuando somos niños, pero el bufón es especial, el hacía esfuerzos por arrancar una sonrisa al rey, se humillaba ante el tirano, solo por no querer morir, llego no a ser un payaso sino un vil.
Autor: Luís Litardo
Minirelaro:
Soñadora
“Soñadora ¡Sueña! Es todo cuanto puedes hacer”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
La realidad no es para ti, la realidad no vive en ti, la realidad huye de ti, vives embobada en un mundo de ilusiones, y quieres meter a todos en tu mundo de frustraciones, el mundo es más real de lo que tú lo puedes imaginar
Autor: Luís Litardo
Minirelato.
Destino
“En el atardecer. Todas las horas en su silencio, guardan las voces de tu destino”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así nos acostumbró el padre tiempo, a unos amaneceres ruidosos aunque con sabor a melodía en una sinfonía que surca los cielos y sacude el rocío de los árboles, mientras que al atardecer, el cuerpo cansado desea llegar al lecho donde reparará sus fuerzas, en silencio, meditando sin poder corregir lo que se hizo mal, por la sencilla lógica de que el tiempo ya pasó.
Autor: Luís Litardo