POR:
LUIS LITARDO
Desde
hace ya varios años el tema de los Menores Infractores se ha convertido en debate
social, tantos estudios realizados por diversas instituciones han logrado
determinar varios aspectos favorables para contrarrestar este evento peligroso
para el buen desarrollo de la sociedad.
Los
focos de infección social están determinados como también lo están las causas y
al mismo tiempo que se sabe cuál es el remedio; y, en eso el gobierno está
poniendo mucho énfasis aunque (considerando el entorno) erradicar este mal de
la sociedad llevará muchos años de dedicación si atendemos a lo que el
Emperador Napoleón decía con respecto de la formación de los futuros Padres y
Madres de familia y su frecuencia de tres generaciones, sabiendo que apenas se
ha empezado por la primera y cuya eficacia aun no está determinada.
En
estos últimos tiempos hemos visto, escuchado; y, (en lo que los medios de
comunicación masiva nos han permitido) enterándonos de varios sucesos
ocasionados por los jóvenes, historias y sucesos relatados cual guión de
película de terror y en esto sí creo que hay que poner asunto, porque hechos
semejantes solo se lo podía ver en películas y en lo que la prensa
internacional nos hacía llegar a nuestro
medio.
Jóvenes
con una capacidad para exterminar masas -en extremo violentos- lo cual no era
normal en nuestra sociedad, ahora constituye un hecho que nos deja de
alarmarnos, y cada vez va causando un doble efecto; por un lado el terror, por
el otro la permisividad y conformidad con los hecho sucedidos, esto también
ocasiona dos efectos socialmente contradictorios: en los que son presas del
terror, se elimina el espíritu de fortaleza por lo que prefieren someterse a la
voluntad de los “maleantes” antes de llenarse del espíritu de heroicidad y
luchar para que estos males sean erradicados, por el mismo hecho que se sabe
que hay que <<hacer el bien y
evitar el mal>>.
Los
actores de justicia están haciendo su parte, como se puede constatar por la
destitución de docenas de Jueces en todo el País, Fiscales, Policías y
Servidores Públicos en general a quienes se les ha vinculado algún tipo de
corrupción o negligencia; pero, por muchos que sean los trabajos para erradicar
la corrupción esta no será posible sin la colaboración de la misma sociedad ya
que no
se puede erradicar un mal de la sociedad si esta misma lo protege por
considerarlo como suyo, por el simple hecho que no se puede cosechar lo
que no se siembra y no se puede reclamar como propia lo que es robado, dicho de
esta forma pedagógica, se entiende entonces que no puedo reclamar a las
autoridades lo que nosotros como actores sociales no estamos dando en nuestras
comunidades, llámese esta: familia, barrio, parroquia o cualquiera de los
recintos donde esté presente una sociedad humana anhelante de paz.
Porque
la realidad nos hace constatar que aunque la Ley lo exprese tácitamente, aún
ciertas autoridades y representantes de la política democráticamente
seleccionados se hacen de la vista gorda frente al abuso de quienes cerca de un
parque infantil, un sitio de sano esparcimiento familiar o educativo colocan
sus negocios de bebidas alcohólicas sin que esto pueda aún corregirse en su
totalidad.
La
futuras generaciones sólo son el reflejo y estela de la anterior sociedad,
falso es decir que la sociedad antecedente era mejor que la consiguiente,
porque si lo presente, es solo el resultado de lo anterior, aplicando aquí las
leyes de la física elemental, por las que se
constata el hecho que los objetos caen por su propio peso y que a mayor fuerza
de atracción mayor es el impacto.
Todo esto
dicho desde el lenguaje común, por el mismo que nos admiramos tanto de la
evolución de un joven volcado más bien, en una involución, como quien vive en épocas
cavernarias donde el hombre era presa del hombre según la palabras de <<Tito>>"Lupus
est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit." (Lobo es el hombre para el
hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro) esto aplicado tácitamente
a nuestra sociedad en la que contamos con una antesala llena de peligros
sociales, donde el rico iba en detrimento del pobre más preocupado por los
intereses del capital que de la condición humana de la que estamos revestidos
todos.
Ahora las condiciones están cambiando
y el sueño de estabilizar una clase media es como la gran utopía (espero esté
al alcance de nuestros ojos) sin embargo los residuos de la indefensión,
social, injusticia que campeaba en todos los estamentos sociales gestaban una
generación sangrienta, llena de complejos y resentimientos, esto sin ser “Profeta”
ya se veía venir.
Esta crisis social presente en
todos los niveles sociales, también se hizo presente en la justicia donde el
dinero se imponía al derecho como en un incesante invertir el derecho con las ciencias
de mercado, ya no se hablaba de litigios, ni de celeridad, se hablaba de
comprar a los jueces o las sentencias, ya los trabajadores no tenían derechos,
porque el dinero era quien tenía todos los derechos. Esto también es violencia.
Las grandes mafias, se
introdujeron en las masas populares sedientas de todo habidas de nada,
traficaron con tierras y luego con las hijas y los hijos de estas mismas
personas a quienes les vendieron la ilusión del sueño “americano” y luego el “europeo”
haciéndolas “mulas” y “prostitutas”.
Que podemos pedir a esta
generación, donde aún quedan pueblos enteros sometidos a la voluntad del “patrón”
o los “patrones” donde el dinero compra por camiones el libertinaje sexual y
luego lanza a la mendicidad a los hijos del placer.
¿Por qué entonces nos alarmamos de que existan jóvenes violentos
si ellos son solo el fruto de lo que la sociedad hizo con sus padres? ellos no son hijos de personas,
son lo hijos y las hijas de la violencia, del libertinaje y de la corrupción de
aquello que aun nos cuesta erradicar de nuestras vidas, una generación violenta
como lo fue la cuna que acogió a sus padres y a los padres de sus padres.
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