Por Luis Litardo
El momento político electoral en el Ecuador se ha calentado y sobre todo para las facciones de la derecha, se está poniendo al “rojo vivo”.
Aunque todos se vistan con trajes demócratas, sabemos que la extrema derecha capitalizada por la banca y los macro importadores y exportadores, solo son “ovejas vestidas de lobo” es decir son republicanos monárquicos con discurso socialista.
¿Qué tenemos pues?
A la derecha, los “social demócratas” (republicanos monárquicos disfrazados de socialistas) a la centro – derecha, los comunistas apoyados por la banca, los grandes capitalistas y algunas de las dirigencias de gremios de trabajadores y maestros titulares (otros lobos disfrazados de ovejas) y a la izquierda los nacionalistas, también llamados progresistas, en pro de la defensa de los derechos ciudadanos, la política de justicia social y la integración latinoamericana, como unidad histórico – cultural y económico.
Con la llegada a la palestra electoral del candidato ultra derechista y magnate del babano ecuatoriano, pone literalmente en “cuatro” partes el tablero electoral de la derecha, que de por sí ya se encontraba resquebrajado desde la unidad del partido CREO con los Social Cristianos, quedando el escenario de la derecha de la siguiente manera: a la extrema derecha, Noboa – Lasso; al centro, Romero y a al ala comunista, Pérez.
El descontento de una facción de los Social Cristianos por la alianza PSC – CREO llevó a que el candidato Romero, recoja esa parte del electorado descontento de ambas tiendas y las ubiquen en un escenario compartido; el candidato Pérez, del ala comunistas y aliado de la extrema derecha, recoge parte del electorado que se encuentra entre las dirigencias de los gremios de trabajadores y docentes de carrera.
Este escenario dividido en la elite social, deja el tablero del electorado nacional partido en cinco partes, es decir cuatro partes del electorado de una misma clase (alta) con una minúscula parte de la clase media estarían a la derecha; mientras que, los nacionalistas llamados también el ala progresista de la izquierda, se encuentra sostenida por la clase de los emprendedores, los medianos exportadores, los comerciantes, los medianos y micro empresarios los jóvenes estudiantes y por la clase trabajadora desempleada en estos momentos.
Si contáramos los votos en este instante, desde el cálculo poblacional estaríamos hablando de un 60 para la izquierda y 30 para la derecha, dejando un espacio para el voto nulo y los indecisos.
Visión latinoamericana de vuelta al progresismo
Este escenario no debe pasar por alto, ya que desde Argentina se viene una oleada de reconquista de los grupos progresistas, que están retornando (a ser gobierno) apoyados por la clase pobre, media y media alta, que apuestan a la teoría progresista como una esperanza a la realización de sus objetivos basados en políticas enmarcadas en la justicia social y en los estados subsidiarios, así como a la integración de los pueblos latinoamericanos como una fuerza con la que se debe contar, para la lucha en bloque como respuesta a los bloques asiáticos, europeos y norteamericanos. Esto genera más garantías en el ámbito internacional de comercio, competencias e intercambios.
Los exabruptos de la derecha latinoamericana.
El último periodo de los gobiernos de Argentina, Bolivia, Chile, Brasil y Ecuador, han generado una ola de reacciones populares y de los sectores dependientes de políticas estatales favorables a las clases populares y al sector de la producción; ya que las políticas implantadas en estos países solo han beneficiado al sector banquero y en especial a los tenedores de la deuda del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetarios Internacional (FMI) que apuntan con sus dardos al pueblo mediante políticas empobrecedoras, basadas en pago de deudas, desatención a la salud, educación y en el despido masivo de trabajadores estatales y el irrespeto a los derechos laborales la clase obrera dependiente, así como a la reducción del aparato estatal mediante metodologías privatizadoras engrosando con los bienes estatales el capital de los macro empresarios sin que esto beneficie en nada al sector popular y al emprendimiento, dicho de otra forma, se trata de un secuestro de los bienes estatales por parte del sector bancario internacional y nacional, en beneficio de sus empresas y en detrimento de los intereses estatales y del pueblo.
Ecuador en la mira
Con las elecciones en sala de espera, la mira mundial se centra en Ecuador en primer plano, y; las reacciones populares que salpican también a la hermana república de Colombia.
Siendo que la derecha ecuatoriana una vez más se encuentra dividida por su ambición desmedida por el poder, la izquierda se encuentra unida y articulada por los sectores populares, los pequeños y medianos productores, el sector del emprendimiento, informales, desempleado y sobre todo el sector de la juventud que mira con agrado, al joven Arauz como un ejemplo de lucha y superación, así como su propuesta enmarcada, en la trasformación social y en el retorno al desarrollo productivo.
La crisis social, económica y humanitaria por la que atraviesa el Ecuador, no mira al ex presidente Correa como el causante, lo mira como una solución al problema ocasionado por el gobierno de Moreno que dio un giro inesperado de la izquierda progresista a la derecha bancaria.
Este escenario, ya en el análisis latinoamericano de retorno al progresismo, deja muy mal parada a la derecha ecuatoriana, que lejos de sumar se viene debilitando desde sus entrañas, ya que el candidato inicial de la derecha representado por los macro importadores y la banca nacional e internacional, se debilita cada día más y toma fuerza, el ala comunista y el neo candidato magnate del babano (en la derecha), sin que esto represente un peligro para la izquierda progresista que se ve estable con su candidato a la presidencia.
El prestigio internacional que vivió Ecuador en los diez años del ex presidente Correa, causa expectativa en el lente internacional, que mira con optimismo al candidato del correísmo como una continuidad del proceso de revolución ciudadana que llevó a Ecuador del sub desarrollo a ser un país en vías de desarrollo, durante ese periodo de gobierno.
La infraestructura, y los logros alcanzados en materia político económica durante esa década, lograron que la imagen del ex presidente correa no se empañe aun de la misma persecución de sus ex coidearios, que no dudaron en tomarse el poder político y volverse en su contra mediante un sin número de acusaciones que abrieron varios procesos judiciales en su contra, aun en curso.
La ruta está marcada y la vuelta al progresismo de los pueblos de Latinoamérica, es un escenario que hay que considerar seriamente a la hora de hacer el análisis político local, que pueda objetivamente descifrar el escenario electoral no solo en Ecuador sino también en la hermana República de Colombia.
Siendo que la derecha se encuentra parcializada por candidatos que ambicionan el poder para sus beneficios personales, como son la eliminación de sus millonarias deudas por impuestos no pagados, la libre fuga de capitales, las importaciones sin aranceles estatales y el negociado de las privatizaciones de las empresas estatales… etc.
La Izquierda unida, marca su propuesta en el financiamiento y créditos a los emprendedores micro y mediano empresarios como medida para reactivación económica, en la restructuración de los derechos a la salud, la educación y la integración latinoamericana como fortaleza de la lucha en bloque en el mercado internacional, en el respeto a los derechos laborales y la seguridad social, en el pago de la deuda social antes que la deuda externa, en la política de no privatizaciones y sobre todo en un estado de derecho y justicia social para todos.
Se viene el tiempo en que debemos elegir, si continuar con el modelo que nos impusieron la derecha con los banqueros y los macro importadores o decidir por una política que beneficie a las grandes mayorías, donde están el sector de los emprendedores, de los comerciantes, de los micro y medianos empresarios, los jóvenes estudiantes, las amas de casa, los dependientes, lo informales y los desempleados.
En este momento de la democracia del Ecuador, más allá de mirar a un nombre, un apellido o a un personaje, es necesario que el pueblo sencillo y todos los que anhelamos mejores días, descubramos en cada candidato a quien representa y cuáles son sus intereses de llegar a la presidencia, de allí podemos descubrir que es lo que nos espera de este <<nombre o apellido>> que ocupara la silla de Carondelet.
Ecuador tu decides, sin te conviertes en la hacienda de los banqueros o vuelves a ser un país en vías de desarrollo como lo fuiste antes.
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