Por: Luis Litardo
En la vida aprendí que para salir adelante debes tener dos cosas: un buen nombre y buenos amigos.
Aprendí, que el título no es sinónimo de trabajo ni este sinónimo de estabilidad.
Aprendí, que los sueños son para hacerlos realidad y no para contemplarlos eternamente.
Aprendí, que la familia son alas y no anclas.
Aprendí, que la filosofía no te da dinero y el no filósofar te trae muchas pérdidas.
Aprendí, que la prudencia es la medida exacta entre lo que se debe y no se debe hacer.
Aprendí que hablar no es lo mismo que comunicar.
Aprendí, que lo más hermoso hay que crearlos a la medida de nuestros deseos.
Aprendí que las personas ruidosas tienen como necesidad, el hacerse notar.
Aprendí, que nuestros hijos en realidad son los hijos de la vida.
Aprendí, que la sinceridad solo es apreciada y por quienes la aman.
Aprendí, que el amor no tiene nada que ver con sentimientos sino con la voluntad.
Aprendí que quien busca ser amado se olvida de amar.
Aprendí, que aquello que todos buscan se llama bien.
Aprendí, que no todos deben conocer la verdad pero tampoco se les debe mentir.
Aprendí que a la mentira más grande se le llama piadosa.
Aprendí que las letras son signos que no significan nada pero lo expresan todo.
Aprendí, que un abrazo transmite la energía positiva que llevas contigo y es mucho más significativa que el efímero estrecho de manos. Por eso hoy os envío un abrazo.
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