Por Luis Litardo.
Entiendo que los hospitales fueron hechos para alojar enfermos y que allí obtengan su cura.
En el caso del Hospital del IESS de Babahoyo, la noticia causó conmoción por el hecho de que convivimos a diario con la pandemia en un espacio muy reducido.
Agrégese a eso, las noticia de las condiciones en las que trabajan los médicos en Guayaquil y otras ciudades del país, eso sumado al temor social a la pandemia, hace que el pueblo actúe a la defensiva.
Es de entender que nosotros hemos movido y seguimos trasladando enfermos a la ciudad de Guayaquil y en este momento se nos ha invertido ese tema.
Esto, además de causar revuelo en la población ha dejado en clara evidencia de que las cifras dadas en los medios de comunicación nacional y por los funcionarios de gobierno son maquilladas, porque ya se sabe que Guayaquil con toda la infraestructura hospitalaria ha colapsado, sino es así, como se explica que Babahoyo sea ahora un centro de trasferencia para terapia intensiva de pacientes de COVID 19.
Entienda el Ecuador que las personas andamos a la defensiva, sabiendo aún que la sala de UCI del Hopital del IESS no cuenta con acceso directo y eso agrava el uso de ese centro de atención médica.
Esperemos que la población recobre la calma y por sobretodo que no sea éste centro hospitalario el foco de infección que tanto se teme llegue a ser.
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