sábado, 31 de diciembre de 2011

MENSAJE POSITIVO

Yo no le deseo a nadie que tenga un “feliz año nuevo”, les pido que tengan fe y luchen con perseverancia, vivimos en un mundo lleno de energías, las positivas atraerán todo lo bueno, las negativas te las alejarán. De ti dependerá que el próximo año te vaya bien o mal, de tu estado de ánimo, de tus convicciones, en sí, los logros que obtengas serán el  resultado de tu fe, nada será mejor o peor de lo que tú mismo estés atrayendo, nada cambiará y nada te sucederá por azar.

Dios o como quieras que concibas la idea del Ser Supremo, gobierna todas las cosas, y las dirige, de acuerdo a tu necesidad, nada te llegará porque lo pidas, nada que tú quieras se irá de ti sin una razón cósmica. Todo el universo, está fijamente conectado con un ser superior, a quienes unos le llamamos Dios y otros “una energía cósmica” ese mismo ser, es el primero que comprende lo que te pasa, y por ser una energía positiva <<El Dios Amor>> nunca te dará lo que te hará daño, nunca te mantendrá con quien te hace o te hará sufrir, y siempre quitará de tu lado a quien harás o estés haciendo sufrir, y; esa decisión no dependerá de ti, las condiciones se te darán en el debido tiempo.

Adquiriremos propiedades, empleos, mejores salarios, pareja, todo según nuestra necesidad. No es tu decisión, no te engañes, no es tu capacidad o tu incapacidad lo que cuenta, todo lo que debe ser, eso es lo que será y no será ni más ni menos, será lo que tiene que ser, como tiene que ser y en el lugar que debe ser. Solo hay que saber esperar, la paciencia, es lo que ha llevado al éxito en los grandes negocios, detenerse un rato y observar, cuál es el modo exacto, cuándo el tiempo propicio, en palabras del Gran maestro,  saber “leer los signos de los tiempos”.

La vida es más simple y sin muchas complicaciones, las dificultades serán del tamaño de tus sueños. Siempre que se habla de sueños, es necesario abordar las realidades. Si lo que quieres es dinero, piensa que en la historia de la humanidad, nunca el dinero ha traído felicidad, quizá un poco de soltura en los gastos, recordando también que los gastos aumentan cuando aumenta nuestra capacidad adquisitiva, por lo que la dificultad económica nunca desaparecerá. Vivirás distinto que otros ¡sin duda! Eso no significa que serás más feliz que el otro que no tiene lo que tú tienes; con el dinero, tendrás banquetes, viajes, y mucha gente que te halaga, otros quizá no necesiten de eso para ser felices.

Algún día aprendí, que si nuestros sueños dependen del dinero, es porque nuestros sueños son muy baratos. Aprendí, que por el dinero no había que preocuparse, porque no había dinero. Por eso aprendí a soñar y a vivir de la fe. Narra la biblia que “dos discípulos de Cristo iban entrando en el templo de Jerusalén y, un paralitico se abalanza a ellos y les pide dinero, estos dos misioneros no cargaban dinero, Pedro le dice, - no tengo ni oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy, levántate y camina - el paralitico quedó curado; si estos hombres hubiesen tenido dinero, el paralitico nunca hubiese sido curado.

Ahora que empieza el año, es momento de tocar el hombro del afligido y decirle, ¡ánimo hermano! la vida te sonríe hoy. Saciar al hambriento y al sediento, dar la mano al necesitado, etc. ¿Qué sacamos con desear el “feliz año” si el resto del tiempo pasamos en constante luchas entre nosotros mismos? ¿Qué ganamos con darnos un abrazo o simplemente la mano? Si aún vemos a niños pidiendo bocados, ¡Qué ganamos con eso! sino solo tranquilizarnos un rato. 

lunes, 19 de diciembre de 2011

DILEMA FILOSÓFICO II

Por Luís Litardo
La verdad, La veracidad y La certeza
Otros conceptos que con normalidad se mezclan, son estos tres que hemos propuesto para nuestro análisis.

La verdad
Este concepto, aunque es muy usado por las personas, casi siempre se lo confunde con la veracidad y la certeza, a punto de pensar que lo verdadero es cierto o viceversa

La verdad entonces, es aquello que nuestros sentidos perciben como una realidad, es decir que aquí cabe la verdad individual, por eso es que la verdad se subdivide en varias partes, pero aquí sólo vamos a tocar dos tipos de verdad, la subjetiva y la objetiva.

Verdad subjetiva.- Es la verdad que radica el sujeto que la expresa y podría ser una verdad, solo de esta persona de allí el nombre de subjetiva, porque solo la percibe la persona que la manifiesta, aunque para todos los demás esto no sea verdad, como por ejemplo el sentir frio, mientras los otros tienen calor. Este elemento podría estar solo en la persona debido a un estado de salud deteriorado sin que la persona que lo posee lo haya advertido.

La verdad es la adecuación de la mente a la cosa y esta cosa podría estar solo en el intelecto de alguien y no de todos.

Verdad objetiva.- Es la misma realidad de la cosa adecuada a la mente de un colectivo, eso significa que un elemento es percibido por los sentidos de muchos, como por ejemplo un fenómeno natural.

Existen ocasiones en que la verdad subjetiva se convierte en objetiva y viceversa, si esa verdad es tan fuerte que todos comienzan a percibir la misma realidad esto es en el primer caso o en el segundo caso si ya no perciben la misma realidad, como sería el caso de las famosas casas “embrujadas” o “poseídas”, en donde la realidad aunque sea fuerte no todos las pueden percibir aunque todos los presentes hayan creído en un principio o hayan dudado.

En todo caso la verdad es la adecuación de la mente a un objeto, por cuya razón es que las cosas tienen nombres y todo los conocemos por ese nombre, como es el caso de un automóvil realidad que no escapa a nadie como realidad objetiva o como la temperatura, el hambre o el sueño, realidades que no todos estamos en la capacidad natural de percibirlas al mismo tiempo

La veracidad
La veracidad es el hábito de decir y actuar la verdad, se trata de una capacidad de la voluntad en las potencias intelectiva que nos mueve a decir y obrar la verdad.

La realidad de la veracidad existe en quien dice la verdad o practica actos verdaderos, por eso es que en ocasiones se confunde la verdad con la veracidad; y, mientras la verdad existe antes que el sujeto que la conocerá, la veracidad vive presente en cada acto de verdad, por eso es que estas dos realidades son inseparables pero no son la misma cosa.

Ser veras, es andar con la verdad siempre y esto supone la virtud de la prudencia que consiste en mantener un equilibrio en lo que hacemos, por eso definimos la prudencia como el recto obrar o como la rectitud en nuestros actos. Ahí está el detalle.

Muchas personas se dicen muy sinceras cuando dicen la verdad, pero no advierten en qué momento y por decir la verdad cometen injusticia, ya que esa verdad podría sostener un alto grado de imprudencia, por el hecho de decir las cosas sin mirar el bien o el mal que podrían causar, cuando se trasmite la información.

Por eso es que la veracidad está muy ligada a la virtud de la prudencia, que es el recto obrar, es decir, que por mucha verdad que se diga, si se la hace por descargar enojos o por ofender, esta persona en el momento deja de ser veraz y se convierte en injusta o lo que se llamaría también tirano o un déspota.

De esta manera es como la prudencia regula la verdad a tal punto que la virtud de la veracidad actúe en su recto cauce produciendo el bien y evitando el mal, ya que la sinceridad, no radica en decir lo que se sabe, sino en saber trasmitir a las personas indicadas los sucesos que sólo ellos deben de conocer, como el confesor y el penitente, el psicólogo y el paciente, el abogado y el cliente, etc.

La Certeza
Otro concepto que suele llevar a equivocaciones en la terminología es la certeza, que consiste en tener plena seguridad en que algo es así.

La certeza se asemeja mucho a la verdad, solo que, su estado suele no ser permanente, mientras que la verdad es absoluta, aunque con mucho respeto para los que sostienen la relatividad de la verdad, debido a una mezcla con la certeza que es la que caería en la categoría de verdad relativa.

Mientras que la verdad es la constatación firme de la realidad con la inteligencia (el sol sale y se oculta) la certeza se basa en investigaciones profundas y fundamentadas, pero con un estrecho o gran margen de error, debido a que al pasar de los tiempos eso que se consideraba verdad podría ya no serlo (Teoría de la relatividad de Albert Einstein).

En ocasiones se dice que como es “cierto” entonces es “verdad” o viceversa; y, lo correcto es que la verdad siempre será verdad y la certeza siempre será certeza, no puede lo uno ser lo otro, de esta manera es como se asemejan y se diferencian la una de la otra.

Estos tres términos suelen ser muy complementarios, ya que para afirmar una verdad se tiene que acudir a los procesos lógicos que nos dan las aproximaciones (certeza) usando la veracidad como guía para alcanzar lo que se propone en la investigación.

Las confusiones suelen ocurrir en el momento de conceptualizar las cosas, a quienes se las define de tal modo que, con palabras se pueda expresar la realidad de estas y su utilidad en la praxis, por eso es necesario a la hora de sostener un debate, saber con absoluta certeza si lo que digo es verdad (adecuación de la inteligencia al objeto); si es veraz (dichos o hechos provenientes de fuentes confiables); o si es certero (demostración científica más creíble).

La solución al conflicto está en saber identificar cada una de estas, de tal manera que nunca se tenga como verdad propia algo que podría ser una verdad para otros, ni nunca se diga que es verdad lo que nuestro argumento demuestre que solo es cierto.

martes, 13 de diciembre de 2011

DILEMA FILOSÓFICO


Por Luís Litardo

Introducción.
Las personas tenemos modos diversos de concebir las realidades y son estas realidades las que tenemos que conceptualizar para poderlas entender, de tal manera que cada persona entiende desde los conceptos que tiene de las cosas.

Karl Popper escribió "Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permítasenos decir, si ellos no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas o que han absorbido de su ambiente intelectual o de su tradición... Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías".

Hasta aquí el texto del Filósofo, pero qué hay de verdad en esto? mucho, que siendo la filosofía la ciencia de todas las cosas, en ella está el conceptualizar todas las cosas de tal manera que las personas lo entiendan de la mejor manera.

 Existiendo una infinidad de conceptos y una infinidad de criterios sobre los mismos conceptos, podemos poner como ejemplo la sociedad, sabiendo que existen diversos modos de concebir la sociedad, conceptos que aunque quisiera escribirlos, no cabría este espacio para introducirlos a todos.

Además contamos con muchas otras sociedades como por ejemplo: Sociedad Mercantil, Sociedad Anónima, Sociedad Limitada, Sociedad Cooperativa, Sociedad en Comandita, cada una de estas sociedades son conceptualizadas de diversas maneras por diversos autores, esto significa que cada autor de estas materias, conceptualiza a la sociedad de modo que él lo conciba como verdadero.

Así, de esta forma nos encontramos con los conceptos universales que son aquellas realidades que se pueden aplicar a muchos sin que por ello pierdan su esencia


El bien
Muchos filósofos se han detenido a pensar sobre la bondad y malicia de los actos que realizan las personas, definiendo adecuadamente que el bien es todo aquello que proporciona a los seres racionales cierta dicha y felicidad. El bien seria por tanto lo que todos los seres racionales persiguen con una voluntad intelectiva.

Otros al considerar el bien han considerado equívocamente la bondad, aunque a decir verdad el bien y la bondad son similares en su concepción originaria aunque un tanto diversos en su aplicación, el bien como la voluntad que nos mueve a cumplir con determinados propósitos y la bondad como el acto natural que nos lleva causar cierta armonía en la naturaleza.

Mientras que el bien puede ser real o aparente, la bondad siempre será la búsqueda de la armonía, de que todo trascurra como debe ser favoreciendo siempre a que se ausente el conflicto.

El bien termina en la conclusión del acto mientras que la bondad busca realizar actos buenos. Voy a ejemplificar un poco; cuando una persona tiene sed, busca beber agua o algún líquido que le quite la sed, es decir busca el bien, el mismo que termina con la obra concluida.

La bondad en cambio, tiende por la misma naturaleza a realizar actos buenos, es decir que el bien cualquier persona lo puede realizar, porque es aquello que busca para que le proporcione cierta dicha, pero la bondad ya es un acto de la virtud que nos inclina a realizar actos buenos para sí mismos o para los demás y aunque los actos que realices sean escandalosos para otras personas, siempre estos actos estarán cubiertos de la virtud y no de un mero placer como lo es el caso del bien. En conclusión, la bondad es la práctica asidua del bien, es una virtud por la que realizamos actos buenos.

El bien es por tanto “aquello que todos apetecemos como a su fin porque trae consigo la felicidad”


El Fin
El fin también se lo suele confundir con finalidad pero estamos en el mismo caso anterior, en que se parecen, se complementan pero no son lo mismo, ya que el concepto de fin, dice, como término de una obra, de un tiempo o se lo emplea como sinónimos de objeto, motivo o finalidad.

Aquí vamos a tocar el fin en su esencia, como el cumplimiento de algo, es decir que el clímax de una actividad es el fin, por tratarse de gustar la realización de aquello que buscábamos como bien, una vez cumplido y obtenido el bien deseado, se llega a su fin.

El fin puede ser de dos maneras, ya como terminación de un evento (fin de la obra) ya como ideal, (fin del agente)

Fin de la obra.- Este concepto nos queda menos complicado, porque todas las personas han llegado a la conclusión de una actividad o una relación, que podría ser de diversos modos: laboral, sentimental, filial, etc.

En el aspecto laboral, sabemos que puede ser parcial, si terminó el día laborable o total, si terminó el contrato laboral por el que mantenía esta relación, que podría venir, ya por una ruptura del contrato, ya por la culminación de la obra.

En el campo sentimental, las parejas suelen decir, que ya “terminó con su pareja” y esto significa que la relación llegó a su fin.

En la relación filial, se da por la emancipación, cuando el hijo tiene la edad adecuada para tomar decisiones y ser responsable de sus actos, normalmente suele ser a la mayoría de edad o cuando contraen nupcias.

Cuando hablamos del fin del agente, entonces lo entendemos como los objetivos que se tenían que cumplir, como la finalidad, por la que se obro esto o aquello, es decir, que una vez obtenido el título académico, el fin de la etapa de estudiante universitario terminó aunque inicie una nueva etapa, que sería la de preparación profesional en la rama de su especialidad.

Y así estas motivaciones también adquieren el nombre de fin, siempre que el llegar a ellos proporcione satisfacción.

La felicidad
Por felicidad entendemos el estado de ánimo por el que se disfruta lo que se ha deseado o se desea, se lo puede entender como el gozo y el deleite por obtener lo que se buscaba.

Este estado de ánimo, nos mueve fuertemente a proyectarnos nuevas metas ya sean a corto o largo plazo, la felicidad en si es lo que todos deseamos, por lo que todos luchamos y a lo que todos los seres dotados de razón tendemos de modo natural.

Esta felicidad, podría muy bien confundirse con la alegría y el contento que son del grupo de las emociones pero que no son la felicidad, ya que su estado es pasajero en muchos de los casos efímeros, como la reacción que produce el alcohol en quien lo bebe o alguna de las otras sustancias que provocan una eventual alucinación.

La felicidad entonces se encuentra estrechamente ligada al fin y al bien, por el sencillo hecho que nadie busca el mal por sí mismo, sino que en el estrepitoso intento de buscar la felicidad, se vean enredados en efímeras alegrías y un interminable número de contentos, y en lugar de acercarse a la felicidad, se alejen de ella, ya que solo se buscó satisfacer las necesidades emergentes, sin tener ninguna finalidad estable en su vida, ya como objetivo o meta a concluir.

El problema suele ocurrir cuando se invierte los medios y los fines y se busca como fin lo que solo es medio, es decir que, si un joven busca ser profesional, tendrá que cumplir con todos los requisitos legales para ingresar en la universidad y de a poco va cumpliendo esas metas hasta terminar toda la carrera y obtener el título por el que cumplió todos los otros propósitos, ejemplo.

Primer fin, aprobar el bachillerato con las mejores calificaciones que le garanticen un acceso a la universidad; matricularse; asistir a clases y cumplir con los profesores, guías, tutores y formadores; pasar puntualmente todos los exámenes y cursos, tener buenas relaciones afectivas entre los compañeros y con las autoridades del centro de estudio y finalmente la graduación. De esta manera logrará su finalidad cumpliendo de a poco con cada una de estas obligaciones.

Y así podemos ejemplificar en los diferentes escenarios de la vida, en los que debemos cumplir cada una de las etapas, si queremos realizar bien las cosas y lograr esa satisfacción en los actos que realizamos.

De esta manera, concluimos nuestro tema, del dilema filosófico entre el bien el fin y la felicidad, siendo que los tres conceptos son en sí mismo, la misma cosa con diferentes nombres.



martes, 29 de noviembre de 2011

El vestido y el Coito

Por Luís Litardo
Cuando nos enamoramos sucede igual que cuando vemos un traje nuevo recién salido de las manos del diseñador.

Lo miramos y tratamos en lo mínimo de estrujarlo, lo tocamos tan delicado, y comenzamos a preguntarnos todo respecto del diseñador, las telas y el hilo con el que fue cosido. Tenemos mucho cuidado al momento de preguntar el precio que ya nos lo imaginamos inalcanzable.

Luego de la exposición, el traje queda en el escaparate de la tienda, donde más personas pasaran a verlo, pero ahora estas personas ya no tienen mayor acceso al traje, pues fue muy bien cotizado que el precio se alteró, por el simple hecho de haber pasado por el examen de personas capaces para saber distinguir la buena calidad.

Cuando el traje es de mala calidad, se lo vende rápido y lo conocen por todas partes, muchos hablan de este traje y a muchos se los ve con él puesto, en la oficina, por las calles, en las fiestas, total el traje ya es común.

Lo mismo pasa con el coito, cuando estamos en la etapa de la adolescencia nuestros cuerpos se comienzan a moldear y terminan por gustar a muchos, que de ver tan gran hermosura, simplemente se retiraran y dejaran que los mejores postores sean los que aprovechen su virginidad, por su puesto, al igual que el traje, su precio es muy elevado y mientras mejor cotizado mejor precio.

Pero si la persona es de mala calidad (como el traje) se la puede ver que es usada por cualquiera, su precio está totalmente devaluado; y, la única felicidad que proporciona es la de saber que está al alcance de todos sin mayor sacrificio. Así es el coito y así es el traje de vestir.

Cuando los años pasan, los trajes por muy caros que sean, si ya fueron usados, también se devaluarán y muchos de los trajes que son muy bien cuidados, serán guardados con mucho amor, lo que se podría considerar un matrimonio que llega hasta la muerte.

Pero si el traje es de mala calidad, se lo guarda por un tiempo si se lo necesita aún, pero luego se lo regala a la primer persona que se tenga en frente y éste, si lo necesita y está muy necesitado, podría hacerlo durar un poco de tiempo, pero luego lo remplazará por otro de mejor calidad o mejor presencia y de esta manera el traje pasa a ser propiedad de los mendigos, que con normalidad visten con telas caras, pero muy mal tratadas, sucias y harapientas. La misma historia de los trajes, se puede aplicar al coito.

Cuando estamos en la plenitud de los días, si la persona es de buenos principios y proviene de una buena formación aun cuando las hormonas se alboroten y salten en busca de quien pueda satisfacer las necesidades, siempre estará pensado, en aquella persona que si se la merezca y a ella entregara todo su amor y todo su ser hasta que la muerte los separe.

Pero si la persona, no viene de buena formación humana, dará rienda suelta al desenfreno de las pasiones y se acostara con quien se lo proponga o con quien le apetezca, hasta quedar vacía, sin dejar nada que alguna persona le pueda importar de verdad.

El coito también lo podemos comparar con una cinta de pegar, como sabemos, estas contienen una goma que hace que la cinta se fije donde se la coloque apropiadamente, una vez que la cinta se la ha usado en demasiados cuerpos extraños, las partículas de todos esos cuerpos se han adherido a la cinta y ya no permiten que esta se pegue a otros cuerpos con firmeza, porque la goma se ha ensuciado con residuos de las otras partes donde estuvo.

Cuando una persona permite que muchas otras personas usen su cuerpo como objeto de placer, se podría comparar con lo que antes hemos descrito.




martes, 4 de octubre de 2011

El Perverso Genio de la Sospecha

Por Luis Litardo
Cuando realizaba mis estudios de filosofía, llegó procedente de España un profesor a dictarnos un seminario en el que como una constante se refería a este tema.

Yo en mi ignorancia experimental de la materia en cuestión, no lograba entender de qué iba el asunto, pero en el trascurso del tiempo, esta constante académica del “perverso genio de la sospecha” ha calado hondo en mi apreciación de la realidad y me ha impulsado a redactar estas letras.
Y sin que el tema del seminario haya sido el del “perverso genio de la sospecha”, se lo relacionaba con muchos factores de la vida, porque éste “perverso genio” está presente en todos los ambientes de la vida cotidiana y casi siempre termina metiéndonos en problemas y socavando las relaciones humanas fundamentales.
La crisis de relaciones humanas, en  casi todos los casos, tiene que ver con este perverso genio, por el que se duda de las acciones, de las intenciones y hasta de la reputación de las otras personas, de quienes desconocemos, en la gran mayoría de los caso y, simplemente conocemos su figura y alguna que otra información de fuentes confusas, o lo que es peor, de personas que tienen por “oficio” hablar mal de todos o ser en extremo negativas.
Las clásicas se las encuentra en el estado laboral, cuando las personas que allí se encuentran tienen mayoría de edad, y se conoce algo de la historia de su familia, de sus colegio o de la vida afectiva de esta persona, entonces es cuando aparece el perverso genio de la sospecha, recogiendo la parte negativa de la historia de esta persona y divulgándola en forma socapada, como para no dar a notar que se sabe algo de ella.
El conflicto se genera, cuando el ambiente se torna insostenible por la poca confianza que inspira la persona a quien se le está etiquetando de algo que podría no ser verdad, el problema que genera esta circunstancia de tipo socio – marginal, conlleva a que en este grupo social, las relaciones afectivas dejen mucho que desear, por el sencillo hecho que la vida de la persona cuestionada genera algún grado de malestar.
Este modo de vida, casi siempre se da en las ciudades pequeñas, donde la historia de cada persona es de fácil acceso, no así en las grandes ciudades, donde cualquier noticia tarda más en llegar, pero que no está ajenas de ser víctimas del perverso genio de la sospecha, ocasionado por alguna persona que anda en busca de información de otras personas y posee la debilidad de formular juicios precipitados
Este tipo de personas disociadoras, están presentes en todos los ambientes, y no existe en el mundo una comunidad humana donde no esté presente “el perverso genio de la sospecha”, que aparece de múltiples formas.
Como duda.- La duda se la entiende como la suspensión de juicio, por ello, una duda puede traer consigo múltiples factores, que podrían desarrollar una especial atención sobre singulares aspectos de la otra persona o determinada circunstancia y suele aparecer cuando no se tiene certeza de algo o simplemente se ignora lo esencial de la materia o del acto,  cualquiera que este sea.

La duda puede degenerar en simples especulaciones infundadas, debido a una mala aplicación de la lógica en personas con características mecánicas poco dadas al análisis de los acontecimientos, y más dadas a lo que se percibe con los sentidos exteriores o habituadas a funciones concretas. Este modo habitual de juzgar sin juicio, y de argumentar sin ciencia, lleva a emitir opiniones efímeras, pero en la persona que las emite, sostienen una especial importancia al tratarse del <<juicio propio>>, debido a la mal sana costumbre, de creer que todas “las opiniones deben ser respetadas” si bien es cierto, que todos merecemos respeto en cuanto a nuestro modo de percibir las realidades, pero hay que tener mucho cuidado a la hora de opinar sobre la calidad moral de las personas, eso puede envolvernos en serios problemas capaces de generar otros tantos.

La clásica y desproporcionada figura de pensamiento que enrolla nuestro colectivo social, nos lleva a especular sobre diversos temas de la vida cotidiana, y fuera de nuestro entorno de convivencia habitual, las cosas nos aparecen como raras y lo primero que nos brota es el cuestionamiento.

Cuestionamos, la estructura arquitectónica, la forma de vestir, de hablar, de mirar, de conversar, de vivir y una gama insospechada resumidas en un interminable etcétera del universo de formas de vida existentes en nuestra era global.

Nuestra posición frente a la duda es de permanecer inmóviles en lo concerniente el juicio, frente a la insospechada realidad oculta tras los velos de la duda, que detiene toda certeza pero podría despeñarnos al abismo de la crítica destructiva, donde los únicos perdedores serán los emisores de la falacia.

Lo recomendable en estos casos es aplicar algunas máximas de los sabios que nos alertan sobre ciertas materias, como estas…”has con los demás lo que quieras que contigo hagan” (Jesucristo) o si tiendes a juzgar “Cuatro características le corresponden a un juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente” (Sócrates).

Y sobre todo, nunca es saludable permanecer en el estado de duda (duda permanente) es necesario despejarla por medio del estudio o aplicando dos principios fundamentales, el moral que dice <<en caso de duda sígase la parte más segura>>  y el jurídico <<en caso de duda, sígase la parte que más le beneficie al acusado>>

La incertidumbre
Al abordar este tema es necesario que tengamos en cuenta que siempre está presente a- priori que a toda causa le sigue un efecto, es decir, que frente a los diversos aspectos negativos de la vida, la experiencia es lo que sigue y esta es la base de la incertidumbre.

Qué entendemos por incertidumbre sino cierto estado de ansiedad por no saber qué es lo que ocurrirá en determinados actos que se realizarán o se están realizando y este estado presente de ansiedad se le conoce como incertidumbre, que también se lo puede identificar con la duda aunque es parte de ésta.

Ahora bien, frente a este estado considero necesario plantearnos el problema de la certeza que sirve para despejar cualquier indicio de incertidumbre, debido a que el juicio cierto, nos proporciona cierta paz por la seguridad ulterior, esto no quiere decir que nos confiemos, sino que, al agotar los medios solo nos queda esperar el resultado de acuerdo con las proyecciones.

Pero usted estará pensando, que en ocasiones las cosas no son como uno las espera, a eso le respondo que las cosas son el resultado del impulso que uno les dio, no son el resultado de nuestra imaginación, sino de nuestro cuidado, en la realización del evento, debido a que todo lo debidamente proyectado tiene su objetivo y su visión puestas en metas concretas a concluir como resultado acabado.

De la misma manera en todos los aspectos de la vida, no es adecuado que el perverso genio de la sospecha entre en forma de incertidumbre si sabemos que las cosas que hacemos nos llevan a un fin, a una conclusión, podríamos con seguridad esperar el resultado, de acuerdo con el cuidado que hemos puesto a cada cosa.

La incertidumbre se hace presente justo en las personas que no le han puesto el suficiente cuidado a las actividades que realizarán y por ello surge allí la presencia de este perverso genio que pone a dudar en todos los campos con los constantes <<y si>> y si salgo, y si entro, y si lo hago y si no lo hago, y si lo intento y sale mal, y si no es así y si me gano el premio, y si no me lo gano,  y si, y si, y si…,etc.

Así es como actúa el perverso genio de la sospecha, sospechando de todo y condicionando la libertad de las personas y sumiéndolas en una constante incertidumbre frente a cada acontecimiento.

Tener claro que a cada acción que realicemos le sigue un efecto (consecuencia) es fundamental para despejar estas sospechas que acosan la inteligencia perturbándole su tranquilidad.

Los resultados serán solo en la medida de nuestro esfuerzo.


La certeza en el juicio
Cuando nos referimos a algún aspecto de la vida o situación ajena a nuestra realidad existencial, es de suma importancia que el evento esté rodeado por valoraciones que nos aproximen mucho más a la verdad de aquello, aunque es de considerar que la verdad difícilmente la obtendremos, a eso nos queda el juicio certero.

En determinadas ocasiones a la certeza se la identifica con la verdad y es por la aproximación que esta tiene con la verdad, este tipo de certeza es empleada por los jueces, ya que ellos parten de los hechos y se basan en las pruebas para determinar por una suerte de analogía, la lógica de los eventos concluyendo con una sentencia.

En el diario, las personas en su gran mayoría han abandonado esta práctica del juicio de los eventos, e influenciados por el pragmatismo, visualizan los resultados casi de una manera instintiva, como si de martillar un clavo sobre la madera se tratara, todos sabemos que un clavo debidamente sostenido con la punta hincando la madera más el golpe fuerte del martillo sobre su cabeza, daría como resultado la perforación de la madera.

A esto es a lo que llamamos una certeza en el juicio. Lamentablemente no todos los eventos tienen la misma lógica, hay muchos que requieren de una lógica especial, como por ejemplo los de carácter meteorológico, los físicos aerodinámicos, y aunque parezca mentira, en las relaciones humanas también hay que hilar fino, de modo muy parecido a la física, un juicio mal elaborado sobre otra persona, podría generar serios problemas.

Saber que lo que pensamos no es del todo cierto; saber que no todo lo que se dice es verdad; saber escuchar y guardar cualquier tipo de comentario y antes de hablar saber si lo que voy a decir es verdad, o si es importante que lo diga, si el mensaje que voy a dar le va a hacer algún bien a otros o solo saciará la curiosidad.

Es decir, manejar la prudencia en la información que guardo, ya que ésta no es conveniente a todos; y, aun así, es necesario siempre que se tenga una información, despejar todo error, toda ignorancia y toda duda.

Si bien la certeza es lo más próximo a la verdad, eso no nos garantiza que aquello que sabemos sea efectivamente así.

 
El juicio precipitado
Lo habitual en una persona racional, es que su capacidad intelectual le lleve a formular juicio, ya que esta es una de las funciones intelectivas junto a la idea y el raciocinio.

Los juicios pueden ser: ciertos.- si mantiene una sana lógica que le permite concluir con afirmaciones concretas sobre algún aspecto de la vida o de las ciencias. Errados.- si no usa una lógica para las conclusiones. Dudosos.- si vacila entre la certeza y el error. Veraces.- si usa los medios previstos para las conclusiones y aglutina las evidencias que dan paso a la afirmación o negación. 

Entonces, en cuál de estos campos entran los “juicios precipitados” estos son parte de un aceleramiento en el pensamiento de algunas personas que creen a-priori que lo que su imaginación le proporciona, es ciencia pura, ¡error! ¿Verdad? Porque no todo lo que nuestra imaginación nos brinda es ciencia, ya que, para que exista ciencia, se requiere de un análisis sesudo de todos los acontecimientos y no solo de las particularidades; y, en base a experiencias subjetivas.

Muchas personas, creen que por haber tenido cierta experiencia en algún acontecimiento de la vida, ya están capacitadas para instruir a otros en materia concreta de la experiencia subjetiva, sin considerar que, la otra persona es distinta en mucho; en los físico, en lo espiritual, en la formación del hogar, en el conocimiento, en las emociones, etc.

Y por eso, es necesario que las cosas que se argumenten, sean debidamente liberadas de cualquier duda y error, por eso es que el juicio precipitado constituye una falta grave en las relaciones humanas y es la típica característica de las personas disociadoras o murmuradoras, que, en lugar de construir la fama de los demás terminan arruinando a quien se les ponga en frente, por suerte los únicos que no se dan cuenta de esto, son las personas que poseen este defecto, siendo que no pasan desapercibidos por quienes le rodean.

Estas personas, poseen cierta patología que les esquiva la realidad, por eso es que solo se dan cuenta de lo superficial de las personas o de los acontecimientos y siempre tienen algo malo que decir de todos los que le rodean.

Cómo identificar a estas personas.- sencillo, si junto a usted existe una persona que anda en busca de la última información de las personas, murmura a espaldas del interesado, gusta decir lo que sabe de otros, tiene una visión parcializada de la realidad de los demás, afirma  lo que piensa en negativo de otros, se hace la víctima, etc. Si quiere identificarlo plenamente, usted inicie una conversa con esta persona sobre los aspectos positivos de otra persona y halague, de seguro el disociador no lo tolerará y terminara contradiciendo lo que usted dice de positivo de otros.

Piense con gran certeza, que usted está frente a una persona cuya salud psicológica no está bien; y, podría ser muy perjudicial en la vida comunitaria del lugar donde usted está. Si usted no ha sido víctima de esta persona, tenga cuidado que pronto lo será.

El filósofo griego Sócrates sostenía la siguiente máxima, <<Habla para que yo te conozca>> (habla para que yo te vea).

Subjetivismo y objetivismo
Durante estas argumentaciones, hemos tratado la objetividad y la subjetividad de forma general, pero es necesario que nos detengamos a considerar estas particularidades de  la filosofía para poder determinar en qué estado estoy o esta alguna persona.

Persona objetiva.-  es toda persona que no  juzga a los demás desde un juicio propio, sino que al contrario, se basa en argumentos fundados no en su propia experiencia sino que, es ante todo una persona de mentalidad abierta, que no busca defender su postura sino que está abierta a escuchar a las partes y a elaborar un juicio viendo con claridad los pro y los contra en cada evento.

Una persona objetiva, no juzga a la primera impresión que tiene de las otras personas (juicio precipitado) sino que analiza cada partícula de la realidad, se muestra a los demás como una persona justa inspiradora de confianza en la solución de litigios o conflictos singulares.

Una persona subjetiva en cambio, hace juicios precipitados, juzga todo a priori y siempre suele tener intereses sobre alguna de las partes (injusticia), no se preocupa de revisar los detalles sobre los temas a juzgar, sino que se lanza sobre su propia experiencia y eso lo hace materia suficiente para meter a todos en el mismo costal.

Mientras que la persona objetiva, confía en su ciencia pero está muy dispuesta a aceptar el criterio ajeno y los puntos de vista de otras personas, la persona subjetiva, se cierra en su propio criterio y hace de su experiencia ciencia suficiente para sentenciar.

Es saludable en la convivencia humana determinar el tipo de personas que nos rodean para no perdernos en las bagatelas, sino que en un clima de perfecto respeto a los demás dejarnos guiar por lo que la experiencia nos dice respecto al trato, que le debemos tener a otras personas, para que no nos sorprendan con alguna novedad.

La relación es simple, al poco tiempo de convivencia, con algunas conversas esporádicas, usted podrá saber casi con certeza con qué tipo de persona trata y eso le podría alivianar la carga, porque sabrá plenamente, qué persona es de confianza y que persona no, con quienes tratar de algún tema en particular que requiera de mayor cuidado o a quienes dejarlos sumidos en la ignorancia de sus proyectos.

Si usted cuenta con personas subjetivistas, tenga mucho cuidado, porque usted podría ser una nueva víctima de este comportamiento, que comienza alagando, pero terminara desparramando, recuerde lo que decía Jesucristo <<quien no cosecha con nosotros desparrama>>.


Conclusión
Qué es entonces el perverso genio de la sospecha sino todo estado de duda e incertidumbre que las personas tenemos en determinados momentos o de modo habitual. Estas formas de ver las realidades son en sí una constante lucha para mantener la paz espiritual y cierto grado de paz social, la razón es que si uno despeja las dudas y elabora objetivamente los juicios, estaría contribuyendo a la paz social.

Mientras que “el perverso genio de las sospecha” está más dado a introducirse en la capacidad racional de las personas y detenerlas en su recto obrar por diversas contradicciones que plantea a la hora de emprender una acción. Muchas personas pensarán que se trata aquí de ser un lanzado y de decirle si a todo y nunca detenerse, ¡no! justamente es eso, una de las cosas que tenemos que evitar, pero es necesario que se tenga el remedio adecuado al efecto malo que pueda seguir de aquella acción.

Primero, es necesario plantearse el problema, buscar todos los medios adecuados para el perfecto desarrollo de la obra y luego confiar en que el resultado será solo la respuesta al esfuerzo y cuidado que le hayamos puesto para el perfecto desenvolvimiento de la obra.

En cuanto a las personas que siembran sospecha de los demás, es necesario ayudarles a superar esta mala forma de vida, para esto existen varias formas:

La primera tiene que ver con el no prestar oídos a los cuentos que esta persona traiga de otros, ni reírse cuando se refiera en negativo a otros aunque para esto use la figura del chiste. Tenga presente que los que comienza con broma, podría permanecer en el mismo estado y creerá en su incapacidad psicológica, que aquello que hace, está bien; y, por lo tanto, puede hacer lo mismo siempre, porque eso que hace, causa risa y pone humor en la convivencia.

Además recuerde, que el que viene a usted a hablar mal de otra persona que no está presente, también lo hará con usted cuando este lejos.

Estas personas, en lugar de ser vistas como atractivas, es necesario por su propio bien, que se las trate como es debido, con la seriedad que la reputación ajena requiere. Seguro se enojará con la persona que no le haga caso, pero cuando se dé cuenta que a nadie le gusta su forma de actuar, eso le ayudará a cambiar y ya no hará lo mismo. No se trata de tomarle odio y acusarle por la espalda, murmurando contra ella, sino haciéndole saber con cariño y firmeza que ese comportamiento no está bien. Para esto es necesario que quienes lo hagan, eviten llevar a colación temas planeados por otros, sino que, se tiene que ser muy objetivos y expresarle las cosas de modo claro.

El consejo en este momento es fundamental, para hacerle saber, que goza del aprecio de todos, pero que debe abandonar esa forma de proceder, si no se lo hace, se estaría destruyendo a una persona, que podría ser muy provechosa, por su creatividad y sentido del humor a mantener una buena convivencia.

En todo caso no estaremos haciéndola de lado, sino más bien acogiéndola en otra dimensión, aquella que sea necesaria para la convivencia, pero desterrando todo lo que no sirve para construir. Como lo expresaría una máxima, << si no eres capaz de construir, no destruyas>>.

viernes, 26 de agosto de 2011

Algunas Contradicciones


En mi ciudad, Babahoyo, se puede notar ciertas contradicciones en la aplicación del orden y si nos detenemos a ver sólo en el redondel de las banderas existen casi la gran mayoría.

En este lugar, tenemos un edificio de gobierno provincial; y, un edificio de oficinas de programas gubernamentales (MIDUVI), un centro comercial, un patio de comidas, unos kioscos de venta de alimentos rápidos, una estación de combustible, un puesto de vigilancia policial, un comisariato, hoteles, farmacias, gimnasios y otros negocios que les permite a las personas ganar el sustento diario. 

Por otra parte, tenemos dos paradas de buses urbanos, dos estacionamientos improvisados de buses interprovinciales,  dos avenidas, un redondel, un triángulo distribuidor de tráfico, etc.

Bueno y de que va esto, sencillo…que todo este alboroto, parece distraer demasiado la mirada de las autoridades competentes, que a la hora de marcar los sitios donde se venden comidas, no delimitaron el área de estacionamiento y, por favorecer los negocios de la bahía no se dieron cuenta (o sí) que la visera de estacionamiento obligatorio de buses urbanos, obliga (al chofer del bus)  a cometer una infracción de tránsito al cruzar bruscamente de un carril a otro, es decir, sales de la vía directa e invades el carril curva del triángulo por estacionar en la visera.

Este lugar no solo es zona de parqueo de buses, sino de todos los que quieran utilizar este espacio para parquear su automotor, aunque queda entendido que la visera es exclusiva para los buses  en un tiempo limitado y no para todo el mundo con tiempo ilimitado que con el sano pretexto de consumir los alimentos rápidos que allí se expenden, se detienen sin ningún reparo en esta zona.

La estación de combustibles, no creo que es el problema, bueno si, pero no en el caso al que me refiero ahora, porque los carros entran invadiendo vía, es decir entran girando el redondel o en el carril que sale del puente y, de esa manera, invaden el carril que va de oeste a este de la Av. 6 de Octubre.

A esto se suma la gran cantidad de basura que existe en los árboles que están justo delante del edificio del gobierno provincial; el nulo respeto que reciben las señales de tránsito que indican que no hay que estacionarse, tanto en el (MIDUVI) como en el triángulo, frente a la bahía; y, bajo el hotel de en frente, y lo irónico del caso, que los policías están de “vigilancia” a escasos quince o veinte metros  del triángulo lo peor nadie se da cuenta.

En las horas picos es normal ver como invaden vía por entrar a abastecerse de combustible, sin que nadie diga nada, los buses urbanos con estudiantes colgados de las puertas, las personas sin saber por dónde pasar las vías a pie, carros mal estacionados invadiendo las paradas de buses urbanos, etc.

Mejor concluyo este artículo, porque ya me dio vergüenza ser gobernado por tan pésimas autoridades.

sábado, 30 de julio de 2011

Generación Cruenta


Observando la realidad y sin tener tanta experiencia en este tema, ni ser tan escrupulosos, podemos darnos cuenta de los cambios de nuestra sociedad.

Se ha sometido a los ciudadanos de cualquier condición en un estado de zozobra permanente, por el alto índice delincuencial, de eso creo que todos estamos conscientes.

Es de agradecer la gestión de las autoridades por restablecer el orden y la seguridad  de todos los ciudadanos y las ciudadanas, tengo que aplaudir la entereza de los Gobernantes.

Pero más allá de los reconocimientos, lo que me motivó a escribir este artículo, es el ahondar en detalles y descubrir, ¿Qué pasó en décadas atrás en la que nacieron los padres y las madres de los jóvenes que ahora delinquen (chicos y chicas de 15 a 25 años de edad en su mayoría)? porque si nos fijamos un poquito, es esta generación la que ha marcado el  terror en la sociedad Ecuatoriana y, siendo un poco más napoleónicos, creo que es necesario además, revisar tres generaciones atrás, porque aunque efectiva sea la gestión actual, si no se sana la raíz, se quedaría en puros méritos personales en cuanto a las acciones emprendidas, pero no se habría sanado el problema que en sí es lo que se quiere, dicho en otras palabras, la solución no está en la condena del “criminal”, sino en la enmienda de este, en sanar desde la raíz, y claro, eso requiere de un estudio minucioso y mucha paciencia.

Cuando se juzga una acción, se mira también la procedencia, es decir, se acogen datos a priori del actor, como son, el lugar de donde viene,  donde vivió, rodeados de quienes se crió, quienes son sus padres, en qué ambiente fueron creados esos padres, que programas televisivos veían tanto los padres como los niños, que tipo de música escuchan o escuchaban, en que centros educativos se formaron, que tipo de alimentación tuvieron, si sus padres son separados o viven juntos, si son profesionales o no, la calidad y calidez de la formación intelectual, si padecía de alguna enfermedad o no, si hubieron golpes por accidentes o maltrato físico o psicológico, su vinculación a determinados credos religiosos, a grupos sociales o políticos etc. Ya que todo esto influye. Pero en este análisis podemos observar que también hay involucrados chicos de familias conocidas, de personajes estimados por la sociedad, de hogares estables, con economías solventes, pero que al parecer, la sociedad de consumo influenciada primero por la pos modernidad seguido por el neoliberalismo, influye en el afán de aparecer antes que el ser, esto, visto en particular en los jóvenes de la década mencionada, hijos de padres nacidos a finales de los sesenta y todo el setenta.

En la década del setenta en especial es donde los signos religiosos comienzan a ser odiosos aun dentro del mismo Clero, por un mal entendido del Concilio Vaticano II. 

Los niños de esta época pasaron a ser los jóvenes de los ochenta, influenciados por la liberalidad, por el baile, las pandillas juveniles y los grupos de guerrilla, las series televisivas que influían directamente en estos, como lo fue el tiempo de Guillermo Dávila (Nacho Gamboa), o simplemente jóvenes influenciados por la década del nuevo milenio, con una influencia barbará de la degradación moral en el sistema político y social, en ese tiempo se escuchaba decir que “la corrupción viene desde las cúpulas” es entonces donde se aparece la diabólica filosofía de la nueva era, que priman los valores del tener antes que del ser, donde la felicidad está en la capacidad de adquisición y no en las buenas relaciones humanas, donde los principios éticos y morales no cuentan, sino solo lo que te produce cierto grado de placer y confort, allí se escucha el pensamiento que dice “para superar en la vida, no te sirve el ser bueno”; es en este tiempo, donde la vida humana aparece como un medio y no como el fin,  aparece el afán por el aborto con más fuerza que en otras épocas, la ley de la selva, la venganza, la utilización de propio cuerpo como mecanismo de placer y no como don de la divinidad, la inversión del propio sexo por la libre elección.

Todos estos vicios que aparecen con fuerza en nuestros días, son los que una corriente de pensamiento poderosa (económicamente hablando) nos ha logrado influir, destruyendo nuestros principales valores, como son la familia y los sistemas de educación, nos han hecho la lobotomía, nos han destruido la capacidad de pensar, y nos han incentivado a consumir.

Ahora se condena a los que deberían condenarnos por haberles dado menudo castigo sin merecer, ahora se está castigando el fruto de la historia. Es de saber que lo que se siembra se cosecha, que ahora estamos frente a un gran número de padres que no fueron formados, que nadie los instruyó para ser padres o madres, que pierden autoridad moral frente a sus hijos y lo que se les escucha como lección de vida, son solo afirmaciones de una vida sin horizonte fijo.

En estas épocas los jóvenes abandonaron el colegio para dedicarse a la calle, y muchos que abandonaron las calles se refugiaron en las bananeras o en alguna labor agrícola. En las ciudades con mayor capacidad económica, los jóvenes se dedicaron a las fabricas al puerto marítimo y las aduanas, a las faenas de pesca esporádicas, a las camaroneras, otros se dedicaron a los negocios, en el mercado informal, unos pocos han logrado emigrar y muy pocos tienen una carrera artesanal, profesional o algún logro académico. 

No es de olvidar la gran ayuda que prestaron los colegios nocturnos que existían con gran número de estudiantes, trabajadores casi todos, padres y madres jóvenes que no tenían espacios en la educación matutina o vespertina. 

Es la generación de las madres soleteras, y de padres con menos sueldos y mayores responsabilidades paternales en varias casas y a posteriori, la violencia intrafamiliar, es ese tiempo el que nos castiga ahora.

Y sin hacer una apología del crimen, creo que, aún más, los garantes de justicia deben acudir a la sana crítica, y las instituciones de gobierno ser más atentas para contrarrestar este efecto malo que ha producido una etapa de la historia, que a partir de la revolución industrial, el crecimiento desmedido de las ciudades ha sido imparable, debido a la inmigración y emigración, las ciudades aún siguen siendo el centro de la atención de los que viven en el campo, y las grandes ciudades para los que viven en las pequeñas, esto ha generado condiciones de vida desiguales, debido a una inversión de costumbres y, la falta de oportunidades para un empleo digno degenera en violencia. A esto se agrega el cambio de moneda generador de expectativas migratorias, desde entonces la violencia de los países vecinos nos es común.

No nos hagamos ciegos ni sordos, todos estamos involucrados. Mucho trabajo tienen ahora los Sociólogos, Filósofos, Antropólogos, Historiadores, Profesores, Clérigos, Pastores, Psicólogos y juristas, y no se diga las instituciones de gobierno, que deben apuntar más que a la represión a formular leyes en pro del rescate de estas personas cuya perdida es costosa al estado, porque más gana el estado teniendo gente preparada y en condiciones de producir, que manteniendo a individuos, que luego no producen nada y le son costosos y cuyos hijos seguirán la línea generativa de sus padres.

Apelo a la sensibilidad humana, para que se mire a nuestros hermanos de nación sin odio y con unas propuestas claras, que lleven al rescate y no a la pérdida de más gentes que podrían producir. Claro está, que muchos hemos sido víctima de esta ola de violencia, ya de manera física o moral, comprendo que esto no hay quien lo aguante, pero así mismo, no podemos condenar el mal, sin mirar su procedencia y lo que es peor, condenarlo sin tener un sensato plan de rehabilitación para estas personas, porque el fruto de estas represiones, será peor.

Y frente a todo esto,  lo peor que podemos hacer, es no hacer nada, pero más perverso aun, es no permitir que otros hagan. Yo ya he abierto el debate. Y que cada uno haga su mea culpa y ponga  lo que le toca.

CONTROL DELICTIVO.
El tema de la delincuencia no podemos limitarlo al control en las calles, es necesario abrir procesos que cada vez más nos lleven a un conocimiento expreso de las causas que lo originaron.

Es de comprender que para que exista un “delincuente” se tiene que pasar por varias etapas, desde la maternidad, en la forma de concepción y el desarrollo del feto y los estímulos que recibió.

Es urgente el control de la natalidad, no en una mera propaganda del “condón” o la “píldora”, campañas sucias en las que personas inescrupulosas y faltas de sentido común involucran a los niños matándoles así la inocencia. Pseudos educadores y educadoras de la sexualidad, que más parecen representantes de ventas de los fabricantes del condón, limitando la sexualidad a mera dinámica de placer.

Se trata de evitar que las mujeres embarazadas sufran maltratos y que los neonatos tengan un seguro, de modo que ningún niño padezca de enfermedades y que en sus hogares nunca vean a sus padres sufrir porque no tienen como curar sus dolencias. Invertir en los niños es sembrar el futuro y el progreso de nuestro pueblo.

La otra parte tiene que ver con la formación de los padres y madres de familia, a quienes Dios, o la vida, (para hacerme entender un poco) los ha llamado a una misión, la de guiar a estos niños por el camino correcto, y si bien en este punto una gran mayoría de personas se han involucrado en la paternidad sin tener la menor idea de cómo guiar a estos pequeños seres de luz, que vienen con una misión específica: a dar luz donde no la hay, pero al igual que los focos, si no tienen un trasmisor de energía eléctrica, no serán capaces de dar claridad, así tengamos miles de focos, no darán claridad si no les trasmitimos energía positiva.

La educación escolar debe ser más exigente, no por la acumulación de tareas, sino por las políticas de integración de la familia en el proceso escolar. Que los padres no sean meros observadores o vigilantes de los maestros, sino que se den cuenta que la sociedad es cada vez más exigente, así lo expresa la constitución dogmatica “Gaudium et spes” (El gozo y la esperanza)  del Concilio Vaticano II  en el numero 31 “ La educación de los jóvenes concretamente, sea cual fuere su origen social, debe ser orientada de modo que forme hombres y mujeres que no solo sean personas cultas sino de fuerte personalidad como nuestros tiempos exigen cada vez más…Se puede legítimamente pensar que el porvenir pertenece a los que saben dar a las generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar”.

Los espacios de sano esparcimiento son un punto a nuestro favor, pero si no tenemos control del tiempo y de las amistades podrían, ser un riesgo, la culpa no es del menor, sino del adulto que no lo instruyó ni lo controló.

La sobreprotección y el cumplirle todos sus caprichos, no son buenos síntomas de formación, al contrario cuando el menor descubre nuestra debilidad, entonces sí estamos perdidos.

Los chicos y chicas saben bien quien tiene la autoridad en la casa o a quien pueden engañar, por eso, las ordenes no deben ser individuales o por separados, los permisos y demás, deben darse en común acuerdo sin descubrir quién tiene la autoridad, la respuesta en todo caso sería así “Tu papá y Yo o Tu mamá y Yo hemos decidido que…” de tal forma ellos no podrán jugar con la autoridad.

Los grupos juveniles y asociaciones de adolescentes con fines buenos son un buen espacio para fortalecer su personalidad, involucrarlos en jornadas vacacionales, y llevarlos de vacaciones a conocer a otros familiares, acrecienta en ellos el espíritu de pertenencia a determinado grupo social.

Evitar las frecuentes fiestas en casa sobre todo si no hay un control en el consumo de alcohol y en el uso del tabaco o en el abuso del vocabulario, ayuda a que nuestros hijos crezcan en ambientes sanos y aprendan a sociabilizar de forma prudente y conserven para siempre el buen sentido de las fiestas y las reuniones sociales o familiares.

El sentido de la responsabilidad, el confiarle desde pequeños tareas que no excedan a sus límites de fuerzas físicas, ayudarles cuando no puedan hacer algo pero sin cargar con toda la tarea sabiendo que es tarea de él o ella.

Existen padres y madres, que les hacen las tareas a sus hijos para que salgan bien en la escuela o el colegio,  haciendo de sus hijos unos perfectos inútiles, buenos para nada. El sentido de responsabilidad va acompañado de la paternidad, en la que el padre lleva a su hijo durante las vacaciones a cumplir pequeñas tareas en su trabajo o custodiar algún capital, con cuyas ganancias el adquirirá lo que deseaba que le compren, esto hace que los chicos sean productivos.

Pudiera quedarme escribiendo y dictando pequeñas recetas, pero como las recetas son solo para los médicos, mi recomendación es que los padres de familia busquen ayuda cuanto antes, nunca se es demasiado viejo ni preparado para recibir ayuda de otros, eliminar la soberbia en los padres ayudaría a los hijos a ser más humildes y sencillos.

La mejor manera de frenar un mal es la prevención y la historia es una buena maestra,  quien no la conoce, repite los errores del pasado. Prevenir es siempre mejor que reprimir.