Por Luis Litardo
No basta sólo decir Yo soy de izquierda.
No basta con gritar ¡Viva la revolución!
No basta con saberse cánticos y consignas.
Hace falta, mucho más...
Hace falta, pensar en los desposeídos, hace falta pensar en la formación permanente.
Hace falta, pensar en liderar procesos.
Hace falta, saber que los cargos dirigenciales no son eternos.
Hace falta, predisponer el proceso para los relevos generacionales.
Hace falta, entender que las bases son el fin y no el medio.
Hace falta, saber qué es justicia social, justicia distributiva, solidaridad y subsidiaridad y practicarlas a diario.
Y sobre todo, y muy necesario, ser revolucionario/a implica revolución en su propio ser, percibir esa necesidad de estar inconforme y alzar su voz de protesta sin miedo, primero ante la dirigencia del movimiento o partido, en defensas de sus compañeros, para así perder el miedo de reclamar y alzar la vos fuerte, firme y determinate ante cualquiera que intente atropellar al pueblo.
Esque ser revolucionario requiere tener vida propia, con libertad, pero con mucha dignidad.
Luis Litardo.