viernes, 7 de octubre de 2016
Sociedad en Zozobra
Por: Luis Litardo.
La sociedad
así entendida genera por su misma índole un estado de seguridad. Entonces no es
el estado entendido como gobierno quien da la seguridad, sino que es ese
conjunto de ciudadanos los que percibiendo su necesidad, buscan por su misma
naturaleza la seguridad, de allí brota como hijos de distintas edades y con
diversos carismas, los modos de seguridad, y así tenemos, la seguridad social,
la seguridad de las fronteras, la seguridad y es resguardo policial, la
seguridad de nuestras viviendas etc.
En el tema
que nos ocupa, buscamos una seguridad policial, una seguridad que nos proteja
con justicia, de tal manera que frente al agresor, podamos nosotros tener instituciones que nos protejan y nos auxilien
y obren conforme a derecho. Entonces nosotros nos sentiremos seguros.
La sociedad
así entendida, debe entonces procurar que esa institucionalidad sea justa, eso,
como garantía de su desarrollo, porque una sociedad injusta no desarrolla, no
evoluciona, involuciona, decrece, se marchita y muere.
Y ¿Quiénes
forman la sociedad? La sociedad la forman todas las personas, y las dirigen los
dotados de inteligencia y voluntad, personas de diferentes modos de ser, pensar
y creer, a quienes les une ese principio de unidad, por el que tienen
necesidades comunes, necesidades que a diario comparten y necesitan estar
seguros que el propósito de esta unión es triunfar juntos salir librados de lo
que les aqueja. Y es allí cuando las sociedades sienten la necesidad de
organización. Cuando perciben que su finalidad está en juego.
Entonces se
refuerzan, se arman y se forman brigadas de vigilancia comunitaria, se acentúa
más en el tema que les aqueja y es que sin darse cuenta, las personas se mueven
por el instinto de supervivencia. Ese instinto es parte de nuestro ser
primitivo, vivir en clanes, comunidades para auto protegerse, se fortalecen aún
más en el campo de la defensa, pero se olvidan de algo fundamental, que
consiste en preparar a las nuevas generaciones en culturas de paz.
Cuando ese
sentido de paz se deja de lado, podríamos exterminar al enemigo exterior y de
pronto estaríamos viviendo con nuestro propio enemigo, porque hay que entender
que una sociedad tiene tres momentos para su realización.
Primero.-
una sociedad “perdura en el tiempo” dos; “recoge el pasado” y tres; “prepara su
porvenir”, cuando las sociedades realizan acciones que no fortalezcan la
historia, esas acciones serán olvidadas en el tiempo sin fruto ni raíces porque
no han generado un cambio, como quien para no tener piojos se los saca, pero
sigue durmiendo en cama de piojosos y teniendo trato cercano con animales
infectados de esta plaga, como comprenderán, solo se libera un instante del
mal.
Lo mismo
puede pasar con nosotros, si lo que buscamos es acabar con la delincuencia,
pero no crear estructuras justas, porque hay que entender a la sociedad en su
conjunto en una constante de acción reacción y de allí la evolución o
involución. El crecer o el desaparecer, dependerá ante todo de lo que hagamos,
si buscamos hacer cosas para que perdure, hay que mirar primero a la justicia,
entendida como esa “voluntad constante de dar a cada quien lo que le
corresponde”.
Si una
sociedad no mira a la justicia sino a una inmediata tranquilidad, podría ser
que se la logre, pero esa tranquilidad de momento no garantiza a las futuras
generaciones una sociedad justa y pacífica.
Hoy tenemos
en nuestras manos, ese ir creando instancias de justicia social, organizándonos
y compartiendo desde dos polos en un lado, el principio de unidad que cobija a
toda sociedad, es decir saber bien que cosa es lo que nos une, y; dos la
permanencia en el tiempo. Que esto que hagamos hoy para bien sirva para fechas
inmemoriales, de tal manera que las futuras generaciones sigan el ejemplo y no
solo eso, sino que tenga unas bases sólidas para ellos continuar y perfeccionar
lo que estamos haciendo.
Es allí
donde se hace necesario antes de pensar en la injusticia que se nos comete,
pensar en la justicia que como sociedad necesitamos, justicia que nos dará a
cada uno lo esencial para nuestra completa realización humana. De lo que
hagamos hoy será el orgullo o la vergüenza del mañana, pero a pesar de que las
cosas no salgan tan bien, <<lo peor
que podemos hacer, es no hacer nada>> Edmundo Burke decía “lo único que se necesita para que el mal
triunfe es que los buenos no hagan nada”.
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