Por: Luis Litardo
Desde hace unos tres años he
venido conversando con un amigo de la infancia sobre un tema que para muchos
les ha parecido fuera de tono, pero para otros es un asunto de trascendencia
para la historia de nuestra ciudad y provincia; para la historia del Ecuador y Latinoamérica.
El tema de la conversación es la “nueva
historia de Babahoyo” que a decir verdad, es la <<vieja y desconocida
historia>>, de una ciudad colonial cuyo incendio sepultó en las cenizas una
gran parte de esta historia, la misma que con la ignorancia de la época ocasionada
por la influencia política, el poderío económico y las borracheras de burdeles
en las que se decidía el futuro, lograron trasmitir unas fabulas que luego aparecieron
en los textos de historia de los escolares y resonada en la cabeza de los “intelectuales”
obtusos, que enseñaron sin saber y escribieron sin leer, aquellos que a otros
contaron por pura tradición, como un hecho real sin imaginarse la traición.
Mi amigo Leonardo, inquieto como yo por conocer su genealogía,
se encontró con las sorpresas, de aquello que se creían, pertenecía a la fantasía
intelectual de ciertos “historiadores” y custodios de una verdad que ellos
mismos desconocían, la misma que narraba
cosa contraria a los hechos que por historia se tenía, ocultando la cuantía de una generación escondida, en la que se establecía
una ciudad colonial oculta en las páginas de una historia que a Usía ofendía.
Pero como principio rector, se
sabe que no hay historia que no se lleguen a contar ni secretos en borracheras,
lo que ocurrió en nuevas tierras, en los burdeles del otro lado, donde se decidió
la historia y como el borracho es creíble igual que el niño y anciano, por esto
de que no mienten, el borracho contó a los ancianos y estos a los infantes, los
mismos que por obedientes no contradijeron nada y trasmitieron lo aprendido,
porque las letras con sangre entraban y por eso de aprender la lección y no
contradecir al profesor, porque beta es lo que te esperaba, prefirieron no
indagar nada y tragarse la porción.
Ahora con un trabajo bien hecho,
mantenido casi en anonimato, por quienes tienen vergüenza de mostrarse
ignorantes, siendo los sabios parlantes, generación de chupamedias, haciendo el
papel de un bergante, quieren seguir adelante, manteniendo una mentira, dicen que
lo investigado es fabula y que sus dichos son hechos y no quieren dar la cara,
menos poner el pecho, se valen de las influencias de quienes aun los estiman,
desconociendo la tina donde la lengua termina y como diría el cholo cuando ya
no cabe más royo, el muerto se tira al hoyo
y el vivo se come el pollo.
Porque si la fabula perdura, será
porque no había contra, siendo que ahora se tiene nueva esperanza, que la nueva
historia sea un hecho y sin andar con maltrecho, vistamos la ciudad de gala y
partamos ya la torta.
Leonardo, no caigas en la
tentación de abandonar tan noble misión, sabes bien que trabajo te costó,
borrar una tradición por considerarla traición a una emblemática ciudad de época
colonial y así dejando la ilusión, volvamos a la realidad de la historia
desconocida de esta mi hermosa ciudad, libro que está por publicar, el Neo Historiador
de ésta mi gran nación y con orgullo lo
escribo, hijo de mi Ciudad.