lunes, 16 de enero de 2012

ARGUMENTO A LOS MINI RELATOS DE MANUEL DUARTE

Minirelaro: 
Desnuda
“Y desnuda ante el espejo, apenas pudo reconocer su rostro”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
La mujer que en años anteriores era quien llamara la atención de los masculinos, Alicia, desnuda frente al espejo, con una foto de su juventud en frente, recordaba aquel pasado de mujer codiciada, bella por cualquier lado.
Autor: Luís Litardo

Minirelato.
Inexplicable
“¡hermosa! Pero inexplicable como el crimen”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así la veían los muchachos, hermosa y peligrosa, juntarse con ella les significaba un peligro, como el crimen, que de cualquier forma que se conciba será igual, si lo cometes en defensa propia, será un placer efímero, perseguido luego o por el complejo de culpa o por la sed de venganza.
Autor: Luís Litardo

Mini relato.
Sirena
“fantasmal, cual sirena de tierra entre sombras”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así la veíamos andar, y los que la seguían de cerca, sus ojos parecían menear al son de sus caderas, solo podía pasar en la imaginación de los galanes, porque no pertenecía a nadie.
Autor: Luís Litardo

Minirelato: 
El nombre
“¡Bufones! Nombre perfecto de los tiranos”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
¿Quién no ha experimentado la presencia de un buen payaso? Seguro que todos, más aun cuando somos niños, pero el bufón es especial, el hacía esfuerzos por arrancar una sonrisa al rey, se humillaba ante el tirano, solo por no querer morir, llego no a ser un payaso sino un vil. 
Autor: Luís Litardo

Minirelaro: 
Soñadora
“Soñadora ¡Sueña! Es todo cuanto puedes hacer”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
La realidad no es para ti, la realidad no vive en ti, la realidad huye de ti, vives embobada en un mundo de ilusiones, y quieres meter a todos en tu mundo de frustraciones, el mundo es más real de lo que tú lo puedes imaginar
Autor: Luís Litardo

Minirelato.
Destino
“En el atardecer. Todas las horas en su silencio, guardan las voces de tu destino”
Autor: Manuel Duarte.
Argumento:
Así nos acostumbró el padre tiempo, a unos amaneceres ruidosos aunque con sabor a melodía en una sinfonía que surca los cielos y sacude el rocío de los árboles, mientras que al atardecer, el cuerpo cansado desea llegar al lecho donde reparará sus fuerzas, en silencio, meditando sin poder corregir lo que se hizo mal, por la sencilla lógica de que el tiempo ya pasó. 
Autor: Luís Litardo